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1/22/2018

El agro en Uruguay

EL AGRO en URUGUAY
de nuestro columnista Gerardo Gadea parte I
La situación y movilización del Agro tiene dos análisis diferentes; las propuestas formuladas y el movimiento político detrás de él.
Esta primera parte nos centraremos en la plataforma establecida por el sector con cuestiones sueltas que se vienen reivindicando y que por lo que se dice en la prensa lo estarían elaborando.
1- Plataforma Política
-Cerrar acuerdos comerciales con otros países. El flamante Ministro Benech en su primera intervención hizo un pormenorizado racconto de todos los mercados que se han abierto, es quizás la “impronta” más importante del ex Ministro Aguerre. De acuerdo en la necesidad de abrir más mercados, pero ya se han obtenido excelentes resultados en esta materia y sería bueno que el agro los reconociera.
-No asistir más a las personas del MIDES que tienen menos de 35 años. Un planteo improcedente, se trata de una política del gobierno que apunta a dar justicia social. Si se quiere otra cosa es mejor votar a los partidos de la oposición que seguro harán serios recortes en toda la política social. Este no es el camino, el camino son las elecciones del año 2019.
-Cortar el derroche de dineros públicos. Una consigna política con alta dosis de demagogia que apunta al descontento y de la peor forma. Si se trata de una propuesta debería especificarse, donde recortar y quiénes son los favorecidos.
2- Plataforma económica
-Que el dólar esté a $36 y no a $28,2 como está ahora. El turismo está desbordado, las inversiones siguen llegando al país y la tasa internacional en EEUU sigue en niveles bajos. En otras palabras estamos “inundados” de dólares, al país le ingresan dólares por todos lados, en “exceso”. Economía básica; cuando un bien es abundante el precio baja, cuando un bien es escaso el precio sube. Los dólares abundan, por lo tanto el tipo de cambio está bajo y el gobierno tiene que intervenir con grandes sumas de dinero para que no siga bajando. Subir artificialmente el tipo de cambio para favorecer a un sector de la sociedad comprometiendo todas las reservas del país es irresponsable e inviable. Capaz que Lacalle Pou agarra viaje en este planteo. Allá él, nosotros seguiremos con esta política que le ha dado enorme crecimiento al país, entre ellos al agro.
-Bajar el gasoil de $40,40 a $26. No todas las actividades agropecuarias son intensivas en el uso del gasoil, unas si otras no tanto. El gasoil ya se ha bajado en reiteradas oportunidades, en este ultimo ajuste de tarifas el gaoil se incremento por debajo de la inflación, eso aquí y en la China significa una rebaja. Que no sea suficiente, es posible. Me parece un planteo concreto para analizar sector por sector si se quiere trabajar un alivio en los costos de producción.
-Rebaja del precio de los combustibles o su libre importación. En principio habría que demostrar que “importando” combustible del exterior sale más barato que refinarlo acá. Si se paga los mismos impuestos (en particular el IMESI que es una tasa gravosa en los combustibles) no se ha podido demostrar tal hipótesis. Capaz que la propuesta es bajar la tasa del IMESI para que bajen los combustibles, en ese caso tendríamos que ver con qué impuesto lo sustituímos porque significa un ingreso al Fisco muy importante. Si la propuesta es eliminar los subsidios al MIDES o eliminar centros del Plan CAIF y con eso bajarle el combustible al agro no estamos de acuerdo. Cambiamos un plato de comida de gente que está en las últimas para transferirle a algunos que tienen otras posibilidades muy diferentes de sobrevivir con el objetivo de mayor rentabilidad. La justicia social quedaría por el piso, pero en el fondo es esta la propuesta que se hace. Hay una parte del país que quiere vivir en un país diferente, con otros valores; tengámolos claro.
-Evitar la duplicación del Impuesto a Primaria. Léase volver a derogar para el agro el Impuesto a Primaria. El gobierno lo único que hizo fué eliminar una exoneración que no correspondía. Yo también por mi casa me pasa lo mismo que el agro, pago Contribución Inmobiliaria y pago Impuesto a Primaria, dos veces por el mismo bien. Si se elimina que sea para todos, si se paga pagamos todos.
-Reducción de la contribución inmobiliaria rural. Esto no es con el gobierno nacional, se lo tienen que reclamar a los Intendentes. Varias Intendencias del Interior, en especial del Partido Nacional, vienen incrementando sus gastos y su personal. Adriana Peña por ejemplo acaba de votar aumento para sus directores, entre ellos a su esposo.
-Abatimiento de la tarifa de energía eléctrica. El sector lechero por ejemplo necesita la leche fría las 24 horas del día. Las tarifas “pico”, “llano” y “valle” son un absurdo aplicadas a este sector. Se puede trabajar en este tema, no al barrer, sino mirando la realidad de cada sector agropecuario.
-Exoneración de los aportes al BPS de productores pequeños y colonos menores a 50 hectáreas. Va contra la política generada en el seguridad social donde se bajaron los aportes patronales pero se generalizaron a todos. Se pide una marcha atrás, a políticas que no funcionaron.
3- Casos Especiales
- Los arroceros están ofendidos por los dichos de Tabaré cuando solicitó la posibilidad de mayor productividad. Dicen que la productividad está al tope, que somos los mejores del mundo en rendimiento, que los precios internacionales están bien pero que el problema son los costos. La verdad no soy conocedor profundo de la problemática agropecuaria pero tengo sentido común. Lo que me dicen es que el sector es inviable, parece otro caso como el sector textil en el Uruguay. De otra forma no me cierra las informaciones que recibo.
El precio de los arrendamientos rurales parece uno de los costos que más se ha incrementado, que más pesa en la ecuación y la gran mayoría son arrendatarios. Sin embargo no se dice una palabra de eso, seguramente hay una redistribución interna de la renta. Algunos le piden al Estado para mantener las altas ganancias que obtienen los arrendatarios, que son ellos mismos.
Es hora de trabajar en estas propuestas, aunque desde nuestra perspectiva la mayoría de ellas no sean de recibo o no nos convenzan. Pero es nuestra obligación atender los reclamos sociales, provengan de donde provengan, con seriedad y con una sola cosa que no se cambia; el rumbo que se ha seguido hasta ahora que ha permitido avanzar el Uruguay como nunca antes en su historia en todos los planos que se quiera debatir.
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PARTE II
Ayer analizamos las propuestas que vienen del Agro, hoy queremos tomarnos un poquito de tiempo para realizar un análisis político.
La actitud de nuestro Presidente Tabaré -como nos tiene acostumbrados- impecable. Se tomó sus tiempos, cuando empezó fuerte el reclamo y la movilización dió la entrevista de manera inmediata apenas culminadas las vacaciones.
De manera insólita la Federación Rural no concurrió. Se movilizaban porque “no eran atendidos” pero cuando los convocan “no van, porque quieren soluciones”. Tabaré los desnuda y queda demostrado que detrás de las movilizaciones, además de las legítimas dificultades que tienen muchos sectores y productores- hay una movida política de importantes proporciones.
El Presidente además da algunos mensajes bien claros y contundentes; rechazar que el agro o el país está en crisis (esa es una construcción ilusoria), pedirle al agro que reconozca que se ha hecho mucho por el sector productivo en todos los gobiernos frenteamplistas y entender que muchos (no todos) tienen dificultades y que el diálogo constructivo es el único camino posible.
Podemos caer en la tentación de cometer tres errores fundamentales en este tema. El primero creer que toda esta movida es homogénea pensando que todo es “oligarquía terrateniente”, segundo pensar que no hay justicia o apremios en muchos sectores del agro y tercero subestimar los reclamos y la movilización. No podemos darnos el lujo de cometer ninguno de ellos.
En esta movilización yo leo a grandes rasgos diferentes sectores con motivaciones disímiles.
Por un lado nucleados en la ARU la clase más aristócrata por ponerla algún nombre del agro. Grandes productores y de mucha tradición en el país, donde más allá de alguna dificultad real tienen suficiente espalda para bancarse un momento adverso y esperar un nuevo período de auge, que como ellos bien saben siempre pasa; la rueda es cíclica. Lo económico no es su motivación principal sino que prevalece en ellos un sentimiento político de terminar con los gobiernos de izquierda e instalar una agenda de derecha que se convierta “popular”. La inseguridad pública, el “atraso cambiario”, la importación de combustibles, el achique del Estado, los recortes sociales al MIDES, la desregulación laboral, esa es la agenda. Son los conductores intelectuales de la “movida”, están detrás de ella y juntan todo lo que pueden, pero no se enchastran cuando la mano viene de piquetes o de corte de suministros, ahí marcan diferencia. No son tontos, mañana los piquetes pueden ser contra ellos.
En el otro extremo los “autoconvocados”, una nueva realidad emergente donde hay brotes de radicalismo importante, con cierta actitud anárquica y de desconocimiento de las autoridades (ya sea el gobierno o sus propias asociaciones rurales) donde hay de todo, pero entre ellos un importante conglomerado de gente identificada con Asamblea Popular y muchos otros que rechazan directamente el sistema político y/o democrático, con fuertes tendencias derechistas. Es la búsqueda del caos y del desorden, en esa pecera creen que pueden sacar los mejores cardúmenes.
En el medio el pequeño y mediano productor con diferentes realidades. Se volcará hacia un lado o hacia otro dependiendo de quien tenga mayor credibilidad. Hacia ellos debe estar destinado nuestro mayor esfuerzo político.
El último sector es el trabajador rural, seguramente el más numeroso en número, que es un convidado de piedra en estas movilizaciones, nadie se acuerda ni siquiera que existen (grave error de los manifestantes). Acá debería estar la base de la “contrarevolución” o el conjunto de voces más discordantes de esta movida social que en el fondo es política.
En la nostalgia política de este conflicto se encuentra la dicotomía “campo-ciudad” que algunos quieren recrear al mejor estilo siglo XIX. Una visión atrasada, pero que arrastra a algunos ingenuos que aun no se han dado cuenta, que quienes mayores tajadas sacan del agro viven como reyes en las grandes urbes y veranean en Punta del Este o los mejores balnearios del Uruguay; una consigna que tiene detrás una gran hipocrecia, un eslogan que aún vende.
La batalla política se debe brindar en todos los terrenos, sin ceder ningún espacio a nadie. En el agro manda la derecha, pero por eso no debemos ni regalar ni resignar ese espacio de una parte muy importante de la sociedad. La discusión es muy oportuna y no se debe rehuir. Estamos ante la descarnada confrontación de dos modelos de país; el nuestro por un lado y el de la derecha que sigue siendo comandada por la gran aristocracia uruguaya y que tiene expresión política en los Partidos tradicionales y sus aliados.
Es la gran oportunidad para debatir con dureza pero con franqueza, pasando raya de lo realizado por nuestros gobiernos y que la gente, el pueblo uruguayo, se vaya despabilando definitivamente que se juega en las próximas elecciones y que intereses se defienden. Aquí está bien nítido y es el mejor escenario para el Frente Amplio.
Hay una porción de este país que no nos vota, que no nos votará nunca hagamos lo que hagamos y les vaya como les vaya. Es hora de tenerlo claro por si nos quedaba alguna duda.
En el gobierno de Mujica se quiso instalar un impuesto (el ICIR), que era para arreglar la caminería rural, un impuesto que financiaba actividades que iban en beneficio del agro. Llovieron demandas y recursos de inconstitucionalidad. Astori fué uno de los que estuvo en contra de ese impuesto y hoy Astori es el blanco más duro de las críticas de esos mismos que ayer falsamente lo aplaudieron.
Ellos nos toleran, solo eso y puede llegar un momento en donde ya no nos toleren más y como lo ha demostrado la historia son capaces de lo que sea. Nunca debemos olvidarlo.
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AGRO PARTE III
Para analizar el presente nunca debemos olvidar la historia. Hicimos un análisis del agro de su plataforma, luego político y ahora le toca el turno a la historia de los movimientos rurales en el Uruguay, en sus momentos de más notoria influencia.
La Asociación Rural se funda en el año 1871. Nacen en el medio de la guerra, se libraba en ese entonces la “Revolución de las lanzas” lideradas por el líder blanco Timoteo Aparicio (es anterior a Aparicio Saravia no confundir) con dos campanadas de la Iglesia Matriz reunidos en la Bolsa de Comercio. Todos los desastres de la guerra que no cesaban (robo de ganado, ausencia del respeto a la propiedad, etc) los dueños de las tierra dijeron “basta”.
Encontraron poco años después (1876) el sustento político que necesitaban; el Coronel Lorenzo Latorre, aliados a los militares, los productores rurales terminaron con las revoluciones y con la crisis económica (muy grave en esos años). La alianza Latorre- ARU fue marcada a fuego y el principal sustento del golpe de Estado de la época, en un gobierno que fue de grandes realizaciones pero al precio de teñir al país de militarismo y una escalada brutal de violencia.
Poco después vino Don Batlle y Ordoñez en un período de grandes transformaciones sociales que duró un tercio del siglo XX (1900-1930). El sector rural formó en todo el período un bloque conservador (estancieros, banqueros, industriales y comerciantes que respondian al imperio britànico) junto a los partidos más volcados a la derecha para enfrentar el reformismo batllista (el estatismo, el burocratismo, los nuevos impuestos, el trust frigorífico enemigo de los estancieros, la inmigración indeseable). Esta vez le tocó el turno a la Federación Rural del Uruguay, quien a su impulso logra crear en 1929 el Comité de Vigilancia Económica (conocido como el Comité del Vintén) como gran herramienta de presión político gremial para frenar las reformas e impulsar otro “modelo” de país. Finalmente encuentran su expresión política en la dictadura de Gabriel Terra (1933), batllista que traiciona al batllismo, pero que asume como fiel representante de estos grandes intereses económicos que querían dominar al país.
La expresión política de este bloque conservador siempre estuvo al Partido Nacional a la cabeza con sectores conservadores del Partido Colorado que ya abundaban y otros partidos menores como la Unión Cívica aliada a la Iglesia Católica.
La consigna fundamental del gobierno de Terra era “derrocar” la Constitución vigente que tenía poderes acéfalos. Lo lograron, en 1934 hay nueva Constitución de la República centralizando fundamentalmente el poder económico en el Presidente de la República, que era el objetivo del looby gobernante.
El batllismo retorna en 1942 y toma nuevos bríos industrializadores fundamentalmente en el gobierno de Luis Batlle. Durante la segunda guerra mundial se profundizó un modelo económico "dirigista” dando comienzo a una era que podríamos denominar “el neobatllismo” con ley de privilegios industriales, ley de subsistencias para el abastecimiento de los productos de primera necesidad de la población, planes de obras públicas, leyes laborales, un incremento desmesurado del clientelismo político con ingresos masivos de funcionarios al Estado, los tipos de cambio múltiple que favorecían a la industria, entre otros.
La Asociación Rural y la Federación Rural lanzan un movimiento ruralista opositor al neobatllismo con el estanciero Domingo Bordaberry y un locutor de radio rural que se haría célebre; Benito Nardone alias Chicotazo, quien se convirtiera en un fenómeno político extraordinario. Las urnas terminan derrocando el modelo industrial y llevan al resonante triunfo del Partido Nacional en 1958, con la alianza Herrera-Nardone. Empieza un nuevo país con un proceso de liberalización en todos los rubros de la economía con la Ley de Reforma Cambiaria y Monetaria con respaldo y el beneplácito de los ganaderos y financistas.
Luego la Revolución Cubana que marca a fuego a Latinoamérica, el mundo bipolar, el avance de los comunistas en el mundo, el país agroindustrial liberador que solo se puede instalar a sangre y fuego, la “amenaza tupamara”, el país y la región que se desborda. Pacheco que forma un gabinete con toda la “rosca financiera empresarial agroindustrial” presente de manera directa y luego el golpe de Estado llevado a cabo por Juan María Bordaberry, estanciero y fiel representante de los intereses financieros y latifundistas. La ARU, la Federación Rural y el Diario el País no ser confundieron, sabían una vez más de qué lado deberían estar.
La historia está ahí. El sector de grandes productores rurales ha sido protagonista de la historia política de este país de manera muy importante y muy influyente.
Nacieron con la dictadura de Latorre, derrocaron al Batllismo con la dictadura de Terra, volvieron a derrotar al segundo batllismo con Chicotazo a la cabeza, fueron impulsores del liberalismo econòmico y se aliaron discretamente a la ùltima dictadura militar. Han ganado varias batallas. Hoy su objetivo es terminar con la era de la izquierda en el país. La historia los respalda, por lo tanto atentos y sin subestimar. Estamos ante una gran batalla política e ideológica.

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