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9/10/2025

Los delincuentes de traje y corbata: la paradoja del mundo actual

 

Los delincuentes de traje y corbata: la paradoja del mundo actual

Vivimos en una sociedad que muchas veces construye estigmas: se señala como “delincuente” al joven sin estudio, al pobre, al que no usa ropa de marca ni maneja coches lujosos. Se confunde la apariencia con la esencia. Y sin embargo, la contradicción más grande es que los mayores delincuentes del mundo actual no llevan capucha, sino traje y corbata; no huelen a sudor, sino a perfumes importados; no caminan descalzos, sino que se pasean en coches de lujo.

Esa es la paradoja que desnuda el sistema: quienes más daño hacen a la humanidad, quienes se roban el futuro de millones, quienes estafan a pueblos enteros, no son los que están en las cárceles comunes, sino los que ocupan oficinas con aire acondicionado, despachos de gobierno, directorios de bancos o asientos en los parlamentos internacionales.

¿Quiénes son los verdaderos delincuentes?


- La gran industria farmacéutica que lucra con la salud, inflando precios, manipulando patentes y negando medicamentos esenciales a quienes no pueden pagarlos. ¿Acaso no es criminal dejar morir a una persona para defender ganancias millonarias?


- Los banqueros y especuladores financieros que con un clic pueden destruir economías enteras, dejando a miles de familias sin trabajo ni sustento. El crimen de la usura y el saqueo global jamás es juzgado como tal.


- Las empresas de la construcción y de las “mega-obras” públicas, que a través de sobornos, sobreprecios y contratos amañados roban a los pueblos miles de millones. El cemento muchas veces lleva sangre y corrupción en sus cimientos.


- Los políticos corruptos que traicionan a sus pueblos, firmando pactos a espaldas de la gente, vendiendo soberanía, entregando recursos y favoreciendo a grupos económicos. Ellos, con manos de seda, condenan a generaciones enteras a la pobreza.


- Las multinacionales energéticas y extractivistas, que devastan el medio ambiente, desplazan comunidades y dejan tras de sí territorios contaminados. Son crímenes de lesa naturaleza, crímenes contra la vida misma.

La impunidad de los perfumes caros


El sistema protege a esos delincuentes porque están envueltos en el aura del “éxito”. Perfumes caros, autos de lujo, trajes italianos: símbolos que pretenden blindarlos de sospecha. Pero el olor del dinero sucio no se tapa con Chanel ni Armani.

Mientras tanto, el joven que roba un celular va preso y se lo expone como amenaza social, cuando el verdadero saqueo se realiza en despachos alfombrados, con contratos redactados por abogados, con operaciones bancarias invisibles para la mayoría.

El mensaje necesario


Es urgente desmontar el mito: delincuente no es el pobre, delincuente es quien roba el pan de millones, quien destruye un país, quien negocia con la vida y el futuro de los pueblos.

La sociedad debe dejar de medir la honestidad por la ropa o los modales. El ladrón de cuello blanco, el político vendido, el banquero corrupto, el empresario mafioso… ellos son los que hoy escriben la historia de la desigualdad.

Traje, corbata, perfume importado y manos de seda jamás serán aval de inocencia. El verdadero rostro del crimen internacional está escondido tras esos símbolos de poder.


Lic. Rubén Suárez
Director de RedContactoSur


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