GERALDINA
COLOTTI
TIBURONES DE
EUROPA
CONTRA EL
PUEBLO BOLIVARIANO
30-04-2018
El
capitalismo es un comité de negocios compuesto por tiburones que
luchan entre sí, pero capaces de unirse enseguida contra quien pone
en discusión los intereses generales. Así, también si ahora la
Unión Europea tiene fuertes fricciones comerciales con los Estados
Unidos por la cuestión aranceles aduaneros, lo que no se discute es
la adhesión a la OTAN, los gastos militares y las bases
norteamericanas. No se discute el deseo de los Estados Unidos cuando
se trata de sancionar a Venezuela bolivariana, culpable de no querer
doblegarse ante la arrogancia del imperialismo y del Fondo Monetario
Internacional. Todos están de acuerdo: el senador de la Florida
Marco Rubio, el Secretario de la OEA, Luis Almagro, el llamado Grupo
de Lima, formado por los países neoliberales latinoamericanos. Y,
por la Unión Europea, Federica Moguerini.
Todos
listos a tomar a la letra las declaraciones de Rubio y de Almagro
sobre la necesidad de aumentar las sanciones a Venezuela y “provocar
más dolor” al pueblo para que haga la revuelta contra el gobierno
en vista de las próximas elecciones del 20 de mayo. Mientras tanto,
impresentables personajes de la oposición venezolana multiplican los
encuentros internacionales, imaginándose ya a la cabeza del país
riquísimo de recursos, que deben ser entregados en las manos de los
patrones del planeta. El “vampiro” Ledezma tiene el mismo perfil
del mortífero Temer, que gobierna Brasil luego del golpe
insitucional. Títeres del gran capital internacional que, en
diversos casos asumen directamente el poder, como en Argentina, en
Chile, en Perú... La misma receta, el mismo modelo.
Al
contrario, en la presidencia de Venezuela, está un exsindicalista,
en Bolivia hay un indígena aymara, y eN Cuba un intelectual estimado
e incansable. Dos modelos diversos y antagonistas para administrar
los recursos, el país, el planeta. Contra Venezuela bolivariana, el
imperialismo ha desencadenado una guerra económica, mediática,
estratégica y diplomática para impedir que una nueva victoria de
Maduro lleve a profundizar el socialismo bolivarianao hacia lo que el
hipócrita presidente colombiano Manuel Santos define “dictadura
cubana”.
Las
palabras de Marco Rubio - “provocar más dolor” - se asemejan a
aquellas pronunciadas por Kissinger en los tiempos de Allende en
Chile: “hacer gritar la economía” para destruír al socialismo
chileno. Los ataques a la economía venezolana producen los mismo
efectos de aquellos vistos en su tiempo en Nicaragua sandinista y
revolucionaria, multiplicados por los mecanismos financieros que
actúan hoy a nivel global.
El 40% de
lo que se produce o se importa en Venezuela se va en el contrabando
más allá de la frontera. Aquella con Colombia es extensa 2.200 km.
La agencias de rating imponen impuestos altísimos calificando el
riesgo país a un nivel por los cielos, infinitamente superior al de
los países efectivamente insolventes. Los bancos especulan sobre el
mercado del dólar paralelo. Mientras tanto, las corporaciones
mediáticas y aquellas jurídicas construyen estrategias para quitar
del medio a los adversarios políticos, y para destruír su
credibilidad. Lo hemos misto con Lula en Brasil y lo estamos viendo
(poco, lamentablemente, por estas partes) en Colombia.
El
exguerrillero de las FARC, Jesús Santrich, esta muriendo en la
cárcel luego de veinte días de huelga de hambre indefinida. Ha
sido acusado de narcotráfico por los Estados Unidos. Ha sido uno de
los mediadores en el proceso de paz y es uno de los 10 diputados que
habría tenido el partido FARC en el nuevo parlamento. Otras órdenes
de captura podrían llegar para eliminar a otros dirigentes, que por
protesta, de todas maneras, han decidido renunciar. La oposición
venezolana y sus títiriteros quisieran procesar a Maduro por
corrupción y violación de los derechos humanos en sus ilegítimos
tribunales internacionales.
En juego,
está el control del continente y un de los países estratégicos
como Venezuela. Sólo que, como obstáculo principlar, está el más
grande recurso de Venezuela: la conciencia de su pueblo organizado.
Que no quierer ceder no obstante los sacrificios que ha tenido que
multiplicar luego de la muerte de Chávez. Un pueblo que pide
impulsar más el cambio estructural, poniendo totalmente en discusión
las relaciones de propiedad: nacionalizando los bancos y tomando
definitivamente en la mano las palancas económicas del país.
A una guerra
se debe responder, ha dicho Luis Britto García al director de
Resumen Latinoamericano, Carlos Aznarez. Ceder a la voracidad del
capital, manteniendo una economía mixta como ha sucedido hasta ahora
en Venezuela, es como construír un gallinero y poner dentro un
zorro, consintiéndole de devorarlo poco a poco.
Traducción
Gabriela Pereira
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