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12/18/2023

Carta de la Misión Permanente de Observación del Estado de Palestina ante la ONU

 Carta de la Misión Permanente de Observación del Estado de Palestina ante la ONU



15 de diciembre de 2023.-


Mientras el mundo observa, el ejército de ocupación israelí está invadiendo ciudades, pueblos y campos de refugiados palestinos, desde Khan Younis hasta Jenin, desde Jabalia hasta Dheisheh, desde Beit Hanoun hasta Nablus, desde Rafah hasta Hebrón, desde la ciudad de Gaza hasta Jerusalén Este.

Israel está librando una guerra de terror contra el pueblo palestino. Al atacar hogares, hospitales, refugios, mezquitas, iglesias y personas en las calles, Israel está violando todas las leyes existentes para proteger a los civiles y prevenir atrocidades en tiempos de guerra.

Dirigidos desde los niveles más altos de la esfera política y militar israelí, los soldados israelíes están matando e hiriendo intencionalmente a niños, mujeres y hombres; atacan al personal humanitario y médico que intenta desesperadamente ayudar a los civiles necesitados y a los periodistas que intentan compartir la verdad con el mundo; capturan y detienen a civiles, principalmente a hombres y niños, manteniéndolos cautivos en lugares desconocidos; saquean y destruyen sin sentido; desplazan metódica y forzosamente a civiles, alcanzando la cifra de casi 2 millones de personas desplazadas en la Franja de Gaza; asedian y castigan colectivamente a toda la población palestina, dejándola sin hogar y vulnerable al hambre y las enfermedades, en una venganza despiadada con el objetivo de aniquilación.

Israel ataca con misiles y bombas desde el aire, con aviones de guerra y drones que aterrorizan día y noche, con tanques en tierra, aviones de combate en el mar y con ametralladoras disparadas por soldados y milicias de colonos, masacrando a civiles por decenas y asesinándolos a quemarropa, a sangre fría. Israel se jacta de más de 22.000 ataques, miles de toneladas de explosivos lanzados sobre una población civil indefensa, demasiadas balas de ametralladoras para contarlas, armas y municiones constantemente repuestas por los aliados y proveedores de Israel, a pesar de sus flagrantes violaciones del derecho internacional y la deshumanización del pueblo sometido a su ocupación colonial ilegal y al apartheid.

En el día 73 de la agresión de Israel contra Gaza, el número de víctimas ha superado los 19.000 hombres, mujeres y niños palestinos muertos, y más de 51.000 heridos, la gran mayoría mujeres y niños. Se siguen destruyendo hogares y las escuelas de la UNRWA siguen siendo blanco de ataques.

El caso más reciente fue la destrucción de una escuela de la UNRWA en Beit Hanoun, lo que provocó que el número de muertos aumentara a centenares. Sin embargo, esta cifra aún no incluye a las casi 8.000 personas enterradas bajo los escombros, la mayoría también niños y mujeres, que no han sido rescatadas ni recuperadas mientras las bombas de Israel continúan cayendo.

En Cisjordania, incluida Jerusalén Este, los ataques militares y de colonos israelíes han matado a más de 290 palestinos desde el 7 de octubre, entre ellos 65 niños, y han herido a 3.365. Muchas víctimas son del campo de refugiados de Jenin, que ha sido blanco de invasiones israelíes casi a diario. El más reciente fue un asalto de tres días por parte de las FOI, con drones contra zonas civiles y un ataque a un hospital en el que mataron a 12 palestinos e hirieron a otros 34, donde nuevamente los soldados israelíes impidieron que los médicos socorrieran a los heridos.

Este número cada vez mayor de víctimas es el resultado directo de las órdenes de los líderes políticos y militares de Israel, cuyas amenazas, intenciones y planes genocidas están al descubierto. Israel está perpetrando actos que constituyen crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad y genocidio, con intención y brutalidad sistemáticas.

Israel no se deja intimidar por el derecho internacional, el Consejo de Seguridad, la Asamblea General, el oprobio mundial o las demandas globales de un alto el fuego. A los líderes de Israel no les importa y actúan con total desprecio porque no temen las consecuencias de sus actos ilegales, confiando en que estarán siempre protegidos de la responsabilidad por sus crímenes, confiando en que Israel nunca enfrentará un embargo de armas sin importar cuántos hombres, mujeres y niños palestinos mata, confiados en que nunca afrontarán ninguna responsabilidad.

Demostremos que están equivocados. Imploramos a la comunidad internacional, y al Uruguay en particular, que actúe para poner fin a esta injusticia. Actuar para implementar todas las resoluciones pertinentes de las Naciones Unidas, garantizar la rendición de cuentas de conformidad con el derecho internacional, incluso ante la CPI y la CIJ, y garantizar el respeto a la voluntad y las posiciones de principios de la comunidad internacional.

En este sentido, los llamados globales a un alto el fuego humanitario inmediato, tal como lo exigió la Asamblea General en su resolución ES-10/22 del décimo período extraordinario de sesiones de emergencia, adoptada el 12 de diciembre de 2023, por 153 países que representan a la gran mayoría del mundo, debe ser respetado y deben hacerse todos los esfuerzos posibles para aplicarlo ahora.

Deben cesar las matanzas. Debe cesar el terror. Debe cesar el desplazamiento forzado. Debe cesar la inhumanidad. Se debe proteger a los civiles, respetar el derecho internacional y hacer todos los esfuerzos posibles para aliviar esta catástrofe humanitaria.

Se necesita urgentemente un alto el fuego humanitario inmediato y sostenido, y asistencia humanitaria a gran escala, refugios, alimentos, agua, medicinas y combustible.

Hacemos un llamamiento a la comunidad internacional y a los Estados, en particular al Uruguay, para que actúe ahora y sin demora. El pueblo palestino está sufriendo gravemente y espera que el mundo cumpla las promesas y principios de décadas que siguen pendientes. Como afirmó el Comisionado General de la UNRWA, Philippe Lazarrini, en el Foro Mundial sobre Refugiados, los palestinos, y especialmente nuestros refugiados, “se sienten abandonados por la comunidad internacional. Se sienten traicionados porque el mundo no actúa ante una de las peores catástrofes humanitarias de nuestro tiempo en Gaza. Ahora creen que las vidas humanas no son iguales y que los derechos humanos no son universales. Este es un mensaje peligroso y tendrá graves repercusiones”.

Palestina no puede seguir siendo la excepción a las protecciones y derechos establecidos en el derecho internacional, incluido el derecho humanitario y de derechos humanos; e Israel, la potencia ocupante, no puede seguir estando exento del imperio del derecho internacional y absuelto de sus obligaciones de cumplir las resoluciones del Consejo de Seguridad y de la Asamblea General. Es hora de actuar para cumplir los compromisos asumidos desde hace mucho tiempo y las obligaciones pendientes de todos los Estados al respecto. Están en juego millones de vidas, están en juego la paz y la seguridad regionales e internacionales. Está en juego el futuro de los pueblos palestino e israelí.



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