La responsabilidad de las misiones diplomáticas y la lealtad de los embajadores al gobierno: Reflexión ante el contexto actual en Bolivia
En el escenario político y social que atraviesa el Estado Plurinacional de Bolivia, se plantea una cuestión fundamental: la responsabilidad de los embajadores, cónsules y personal diplomático en su rol como representantes del gobierno legítimo en el exterior. Ante los intentos de desestabilización, conocidos como golpes de estado blandos, los funcionarios diplomáticos deben desempeñar un papel crucial en la defensa de la democracia y la soberanía nacional.
El contexto político actual en Bolivia
El presidente Luis Arce y el vicepresidente David Choquehuanca, electos por una mayoría democrática, enfrentan serios desafíos. Entre ellos, la influencia del expresidente Evo Morales Ayma, actualmente investigado tanto en Bolivia como en Argentina por delitos graves, entre ellos abuso de menores y trata de personas. Estos hechos han provocado divisiones internas en las filas del gobierno y el cuerpo diplomático, evidenciando una preocupante falta de unidad en algunos casos.
Es lamentable observar el respaldo de ciertos funcionarios y funcionarias a quien enfrenta denuncias de este calibre. Tal es el caso de quienes, ignorando la gravedad de los cargos, defienden públicamente a Morales, incluso desde posiciones diplomáticas clave. Este tipo de acciones contradice el mandato principal de los representantes diplomáticos: la defensa firme del gobierno que representan y la promoción de los intereses del país en el exterior.
La lealtad diplomática como pilar de la democracia
En este contexto, es imprescindible recordar que la lealtad al gobierno legítimo no solo es una cuestión de ética, sino también una obligación profesional. Los embajadores y cónsules son la cara visible del Estado en el exterior y tienen el deber de respaldar las decisiones y acciones del gobierno al que representan, especialmente en momentos de crisis. Su función no es solo política, sino también moral, ya que simbolizan la estabilidad y legitimidad del país frente a la comunidad internacional.
Resulta preocupante el accionar de ciertos diplomáticos que, en lugar de apoyar al gobierno de Luis Arce, parecen alinearse con intereses contrarios, promoviendo indirectamente el discurso y las acciones de quien hoy representa un obstáculo para la estabilidad democrática de Bolivia. Es aún más grave que estas posiciones sean tomadas por personas que, como representantes del pueblo, deberían anteponer la justicia y los derechos humanos por encima de cualquier interés personal o político.
Llamado a la reflexión y a la defensa de la democracia
El actual momento político exige una postura firme por parte de todos los actores involucrados. Los representantes diplomáticos deben trabajar en defensa de la democracia, apoyando las acciones del gobierno y condenando cualquier intento de desestabilización, venga de donde venga. Este compromiso no solo fortalece la imagen del país ante el mundo, sino que también garantiza que se respete la voluntad popular expresada en las urnas.
Por último, es necesario que las acusaciones contra Evo Morales y otros implicados sean investigadas con la mayor transparencia y celeridad. La justicia debe actuar sin presiones ni privilegios, garantizando un proceso imparcial. Morales, por su parte, debería colaborar plenamente con las investigaciones, someterse a los procedimientos necesarios, incluyendo pruebas de ADN, y esclarecer su situación ante la justicia.
Llamamos a la reflexión a todos los representantes del pueblo y del Estado boliviano. La democracia, como bien colectivo, merece ser protegida con acciones decididas, y el compromiso diplomático juega un papel esencial en este esfuerzo.
Referencias claras de no cumplimiento real de su deber:
Embajadora de Bolivia en Italia condena enérgicamente atentado contra Evo y repudia existencia de grupos irregulares:
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Lic Ruben Suárez Director
Luis Alvez Secretaria
19 nov 2024
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