La instalación de la inversión más grande de la historia del Uruguay y la planta de celulosa más grande del mundo ya tiene un preacuerdo con Uruguay que seguramente culminará en la instalación en la deprimida zona Centro del país, al que le cambiará radicalmente el nivel de vida y de desarrollo local.
Deberíamos todos alegrarnos. Decir que el PBI va a aumentar un 2% adicional por año es una cifra descomunal, en estos últimos años llegamos a ese crecimiento con mucho esfuerzo. Hablar de 8.000 fuentes de trabajo es surrealista en la víspera del Siglo XXI, o una suma importante de tributos y aportes o que las exportaciones van a aumentar 1.000 millones de dólares (hoy exportamos 8.000 millones). De lograrse la instalación (que no tengo ninguna duda que así será), nadie va a perder los beneficios mutuos que esta inversión genera, hay una serie de hitos que me parece importante destacar que nos permiten llegar a este resultado.
1- La ley forestal del año 1988. Si bien no fue una ley que tuviera como norte el desarrollo productivo de la industria forestal maderera con valor agregado, su objetivo estaba más orientado a una nueva opción financiera (invierta en eucaliptus a través de fondos de inversión que tendrá una rentabilidad en 7 años mayor que cualquier otra), la ley ha sido una base muy importante para el posterior desarrollo. Se plantaron eucaliptus en todo el país, se derribaron mitos (como que no podía competir con la ganadería o que el Uruguay se iba a quedar sin agua) y cambio la producción primaria en tanto la ganadería era el rubro casi excluyente hasta ese entonces. El gobierno del FA modificó algunos aspectos de esta ley en el año 2006 a efectos de mejorar sus condiciones para generar mayor valor agregado.
2- El conflicto con Argentina. Fuimos bloqueados por el gobierno argentino de manera insólita durante 3 años, aparentemente porque los finlandeses no aceptaron pagar un “cambio” que el gobierno entrerriano les exijía. Uruguay se paro firme y le demostró a los dos grandes del continente que no veníamos a quedarnos con las sobras de las inversiones que ellos desechaban, sino que Uruguay estaba preparado para recibir inversiones de primer nivel mundial, en tamaño y tecnología. Uruguay salió airoso, y todo el espectro de izquierda a derecha estuvimos incólumnes en esta tarea.
3- La estabilidad política e institucional. Uruguay ya tenía una larga tradición en esta materia pero los gobiernos del FA asentaron y potenciaron estos activos. Se demostró que más allá del cambio de política existente en casi todos los rubros, el Uruguay respetaba los compromisos, no cambiaba las reglas de juego y estaba dispuesto a tener políticas serias, responsables, pero con nuestro sello y orientación.
4- La impronta personal del Presidente Tabaré Vázquez, que una vez mas demostró que está despegado. Que tiene objetivos claros, que forma equipos, que trabaja para ello y que esta dispuesto a como de lugar dejar su segunda Presidencia de la República con la casa en orden y al Uruguay pronto para continuar su senda de desarrollo. El tiempo le dara a la gente y al país la real dimensión de Tabaré en ambas Presidencias y será ubicado (no tengo dudas) en un podio muy alto en la historia del país.
Deberíamo todos alegrarnos, es un triunfo de todos, lamentablemente no es asi. Ayer vi un programa de TV en Montecarlo en donde Conrado Hughes y Hoenir Sarthou coincidían, en la fustigación, en ser oposición cerril y una vez más se cumple la máxima que nunca falla, la derecha extrema o el liberalismo extremo se junta con la izquierda extrema. Coinciden en sus objetivos, conspiran juntos y terminan remando en la misma dirección.
Una pena, para el Uruguay y para las generaciones venideras que ven con cierto asombro como algunos se frotan las manos para cortarles las patas y las posibilidades de futuro a los que vienen.
Gerardo Gadea --Ruben Suarez
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