Torena y sus “tigres” de la movida tropical: la búsqueda de una banca en barrios olvidados
Una recorrida para conocer a la 906: desde “agarrar del pescuezo” a un ministro hasta el “despacho del pueblo”.
Por César Bianchi
@Chechobianchi
Los miro un rato. Más bien, los escruto con detenimiento, y una cosa queda claro al primer golpe de vista: no tienen ninguna pinta de políticos. No solo porque ninguno está de traje, corbata y zapatos. Son un combo bizarro de outsiders que llegan de la música tropical a algunos barrios malhadados, queriendo hacer política de la forma más antigua, pero que —creen— nunca dejó de funcionar. Luego dirán que ellos no son como los políticos tradicionales. Y pienso que si le funcionó a Mujica, Morales, Trump, Zelenski y Milei, entre otros, perfectamente les puede resultar a ellos.
Gustavo Torena tiene puesta una camisa verde manzana y el primer botón prendido es el tercero, está de bermudas y sandalias. Rolando Paz está con una remera blanca que dice “Keep on going” (Seguí adelante), joggineta rojinegra y championes, su hija Paola está de negro (calza y blusa, con una riñonera en la cintura), y Yesty Prieto —ex integrante de Karibe con K— está de pantalón negro, camisa rosada y championes blancos. Llegaron a la estación de servicio de Batlle y Ordóñez y Basilio Araújo, a una cuadra del monumento al Ejército, el punto de encuentro. Allí, como hacían Los Magníficos en su van, se bajan y todos, como en una coreografía ensayada, se ponen el elemento identitario: un gorrito rojo, azul y blanco, con el número de la lista y su nombre. Por ejemplo, “Rolando Paz, 906”, o “Paola ‘La Guerrera’ Paz, 906” y tres pelotitas de colores, como las de Telefé, pero con los colores del Frente.
Estamos esperando al cuarto “magnífico”, “mostro” o “tigre”, al decir del “Pato Celeste”: Martín Quiroga, el más rockero de los músicos de la movida tropical, nuestro Keith Richards criado a vino en caja. Mientras Quiroga no aparece, es buen momento para hablar del nuevo ámbito en que estos “tigres” se están moviendo: la política.
El primero en hablar es el candidato a diputado, Gustavo Torena (61), más conocido por su alter-ego, el Pato Celeste. Torena tuvo su cuarto de hora cuando acompañaba a la selección uruguaya dentro de un disfraz de pato (celeste) y se paraba junto a los jugadores para la foto antes del partido. Incluso llegó a entrar a la cancha para demorar el reinicio del juego, convenientemente. Hasta que cayó en desgracia por polémicos negocios de Uruguay con Venezuela, cuando José Mujica era el presidente y dizque Torena tenía una oficina en Torre Ejecutiva. Él siempre dijo que tal oficina no existía, y que si estaba cerca de Mujica era porque gozaba de su confianza.
Con el tiempo y el recambio generacional, a los jugadores celestes en la última etapa de Tabárez ya no les caía en gracia la figura de la mascota, y hasta Luis Suárez lo quitó a un lado cuando pretendía posar con los futbolistas. Ya bajo la égida de Ignacio Alonso en la AUF, el termo Botija pasó a ser la mascota oficial, y al día de hoy, cada tanto, el Pato chicanea a Botija en la red X.
Torena dice que les está yendo “notable” en los barrios pobres, que la gente se arrima para ver cantar a sus ídolos (los “mostros” de la movida tropical), y que ellos les llevan algunos víveres que seguro necesitan. Dejan pasar unas semanas, y luego, organizan una reunión para convencerlos de que en las próximas internas y luego en las nacionales, voten a la 906 (no se confunda, no pertenece al Espacio 609 del MPP). Se tiene fe para conseguir entre 4.500 y 5.000 adhesiones, solo en la capital.
El primero que se presenta formalmente es Yesty Prieto, más conocido en el ambiente como “Sabor”: “Bueno, primeramente… Mi nombre es Yesty Prieto. Soy amigo de Gustavo Torena hace muchos años. Me propuso hace un tiempo formar parte de este proyecto político, el cual acepté, porque, primeramente, el Pato siempre estuvo ayudando a la gente necesitada, lo mismo que nosotros, a los que nos dicen terrajas. Hace muchos años que venimos haciendo beneficios, y tampoco uno va a hacer un beneficio y sacar la tuba: ‘Ay, ayer fui a un beneficio en el barrio tal’, no, no… Yo no lo hago, y mis compañeros y amigos tampoco”, aclara.
“Yo le dije: ‘Mirá Pato, la historia es así: yo te apoyo, lo único que te voy a pedir es que si vos no salís diputado, senador o presidente (se ríe), que sigamos haciendo lo mismo’. Por tal motivo, estamos ayudándolo, espalda con espalda”, dijo. Eso fue hace ocho meses.
Luego se presenta Rolando Paz —60 años, 40 de trayectoria, cara de actor de una versión uruguaya de Rápido y furioso—, quien dice conocer al líder de la agrupación desde hace cuatro décadas, cuando él comenzaba a cantar por allá por la Quinta de Galicia. Paz no es nuevo, lo acompaña desde 2014 cuando Torena lanzó junto al ex jugador y presidente de la Mutual de Futbolers, Enrique Saravia, el Espacio Celeste, ahí sí, bajo el paraguas del MPP:
“Lo conozco al Pato, sé que siempre estuvo atendiendo un montón de gente carenciada. Una anécdota: estábamos en un taller, y había dos muchachos esperándolo afuera. Vino uno y me preguntó si ese era el Pato Torena. Querían agradecerle porque un tiempo atrás los locos estaban en un aeropuerto, eran remeros, se habían quedado sin plata para la tasa de embarque y el Pato sin conocerlos agarró y se las garpó. Y nunca más lo vieron. Uno está interiorizado de un montón de cosas que el Pato ha hecho por la gente”, sostuvo. Por su virtud de la solidaridad y por su amistad, se sumó al plan de Torena. Llevarle alimentos a los más necesitados es otra cosa que cautivó a Rolando Paz.
Algo no cierra. Es la segunda vez en pocos minutos que aluden a gestos caritativos en barrios que frecuentan las crónicas policiales.
-¿Eso es hacer política o es asistencialismo?
Torena: Cada uno tiene su cabecita y puede decir lo que quiera. Lo que sí te puedo decir es que nosotros no hacemos esto ahora, lo hicimos toda la vida. Pero no soy yo con cuatro locos que andan cantando por las esquinas… Nosotros tenemos varias ideas, estamos escribiendo unos proyectos, queremos estar en el tema de la cultura popular. Cultura popular, ¿qué es? El carnaval, la música tropical, porque hay muchos carnavaleros y tropicaleros, que algunos han llegado, han tenido su casita, y otros no. Tratar de brindarle una jubilación. Hay muchas…
Lo interrumpe Paz. “Hay un montón de proyectos. Uno de los principales, que me llega mucho, es que los tropicaleros llegamos a viejos y no tenemos ni siquiera una jubilación. Pero hay muchos compañeros que se han ido, referentes de nuestra música, que se han ido con una mano atrás y otra adelante. Y de repente, ni un velorio digno han tenido. Ese tipo de cosas queremos cambiarlas”, dice. Dos horas más tarde, Martín Quiroga dará el mismo ejemplo, pero con nombre y apellido: Luis “Chato” Arismendi, fallecido el 19 de octubre, a los 71 años, quien no pudo pagarse ni el ataúd.
Paola Paz, alias “La Guerrera”, tiene 37 años y es hija de Rolando. Es ama de casa y tiene tres hijos, entre ellos una niña con una discapacidad intelectual. El dato no es menor: he ahí su preocupación, la que quiere canalizar por la política. “Hasta el día de hoy nunca encontré quién me pueda ayudar con esa niña. Yo he tenido una cantidad de problemas en cuanto a la escolaridad de la niña, la asistencia médica. Ya sabemos que lo de ella no tiene cura, estaría bueno encontrar un lugar donde le podamos mejorar la calidad de vida. Hasta el día de hoy no encontré un lugar. Yo por ser ama de casa no estoy en caja. Al no estar en caja mi hija no puede acceder a los beneficios, que capaz que otro niño con la misma patología pueda acceder.
-¿Y cuál es la idea?
-La idea es… ver qué se puede hacer. Hay un montón de padres que pasan por la misma situación. Juntarnos y ver qué se puede hacer para lograr algo para niños con discapacidades, y para mi hija también. Son cosas que van surgiendo.
Torena, el líder, retoma el hilo: dice que su amigo Quique Saravia continúa apoyándolo, como lo hacen algunos murguistas, ex futbolistas, ex basquetbolistas. Dice que él se mete en barrios complicados para escuchar de primera mano las necesidades de la gente. “¿Qué hacemos en los barrios carenciados? Les decimos que se organicen, hacemos un beneficio, y van los cuatro artistas a cantar. Cuando podemos conseguir algo, como ahora que conseguimos unas donaciones de unos pandulces y unas cosas que nos dieron, ahora se las vamos a llevar al barrio Nuevo Ellauri”, cuenta.
Además, quiere pisar fuerte en el deporte, un ámbito que no le es ajeno. Dice que hay 116 plazas de deportes en Uruguay y que él tiene en su grupo gente “idónea y capacitada” que puede aportar cosas. “Ahora está el Ministerio de Deporte y no sabés ni quién está… Está (Sebastián) Bauzá, pero pasamos por varias plazas de deportes y dejan mucho que desear”, dispara. Torena sabe que ese ministerio ya no existe, que hoy hay una Secretaría Nacional del Deporte dirigida por el ex presidente de la AUF. Nada que salga de su boca parece dicho al azar.
Pero su ambición no termina ahí. “Queremos tener una pata en el Mides, que tiene que estar más en los barrios, con las necesidades de la gente. No es solo una canasta de comida. No, no”, resopla.
Yesty Prieto —carismático, un sex-symbol poco ortodoxo— vuelve al modus operandi que aplican en los barrios que visitan: no siempre van a cantar, a veces van a clubes de baby-fútbol a entregar medallas o trofeos a los equipos ganadores. Eso les da un roce con los padres de los niños que luego aprovecharán para hacer política. Aunque, en definitiva, eso también sea hacer política.
Importante: la 906 todavía no sabe a qué precandidato apoyará de cara a las internas. He ahí una de las claves para entender este movimiento. Por ahora, están mostrando por los medios su forma de hacer política para ver cuánto interés despiertan en los frentistas más copetudos. Dice Torena: “Para mí va a ganar el que tenga el mejor aparato de militancia. Por algo el MPP apoya a Orsi y a Carolina el Partido Comunista. Ahí es donde se va a hacer la fórmula. Por ahora no podemos negociar con ellos, porque no sabemos si tenemos un voto, 1.000 o nada.
-Entonces se están midiendo el aceite ustedes mismos…
“¡Exacto!”, exclaman todos al unísono.
Esta movida en territorio tendrá un apoyo mediático desde enero de 2024, cuando el grupo tenga su propio programa de radio. Lo conducirán Leonardo Rama y Jorge Natale en CX 30 los lunes de 0 a 3 de la madrugada, y estarán acompañados de “los magníficos” Prieto, Quiroga y los Paz. El nombre del programa es sugerente, se llamará “El micrófono del pueblo”.
“La idea es tener un espacio donde difundir lo que se hará para las internas, sino también para que ese montón de gente que no tiene dónde volcar inquietudes, las vaya teniendo, y se puedan ir canalizando ciertas cosas. Que haya un ida y vuelta”, explica Rama, quien ofició de chofer en la recorrida del pasado jueves por el oeste montevideano.
Yesty comenta que como le caí en gracia, me recompensará con una primicia: cada día el programa regalará tres canastas con alimentos y bebidas. “Ojo que la canasta no tendrá sushi ni salmón; es una canasta para gente necesitada”, aclara.
A riesgo de perder la simpatía conquistada, insisto:
-¿Y eso no es asistencialismo?
“No, es una gentileza. Como cuando Susana regalaba un auto en su programa. Esto es una gentileza del programa, más nada”, contesta Rolando Paz. “Y van a ser sorteadas, ¡no digitadas como con las viviendas!”, dice, y no hace falta aclarar a cuáles se refiere.
Rama y Prieto dicen que han ido a barrios a dónde no llegan los políticos de ningún partido, sin distinción cromática. Que la información les llega “no saben cómo” al Pato, y allá van. “No le vamos a poder solucionar los problemas a la gente, no tenemos esa llave. Lo que sí tenemos es la posibilidad de recibir las inquietudes, y en una hipotética situación de tener una buena votación, ahí empezar a tener una discusión dentro del FA para poder apuntar a lo que ellos tienen como programa. Están recién bosquejando todo”, se ataja Rama, el orador más “político” del grupo.
“Y que quede claro algo”, dice Yesty y mira serio. “No estamos comprando a la gente, estamos colaborando en lo que nosotros puédamos (sic), cuando la mayoría de los políticos no sabe ni donde quedan los barrios”.
“El guacherío de los rancheríos”
Torena maneja un auto de alta gama, prestado y viejo, del año 99, porque el Renault propio está en el taller. No hay más remedio que subirse al vehículo junto a Jimmy, Blanquita y Corbata, sus tres perros “callejeros alemanes” y un montón de cajas en el asiento trasero. Primera parada: barrio Bonomi, Aparicio Saravia y San Martín.
El trayecto, sin radio prendida, facilita la charla. El Pato Celeste es conteste con que su forma de hacer política no tiene nada de novedosa. La aplicaba el viejo pachequismo colorado, con Oscar Magurno como uno de sus caudillos, y en la misma “pecera”, como dicen los politólogos, en 2019 pescaron el MPP y Cabildo Abierto.
Él extrema el rigor de sus cálculos electorales. Cuenta que hoy tiene entre 50 y 60 puntos geográficos donde tiene asegurada la votación de sus pobladores. “Yo debo tener 20 bases ya: el Club Villa Teresa donde paro yo, el Casabó, ahí tengo tres amigos que son punteros y consiguen votos, que los quiere todo el mundo y tienen autoridad. Yo soy conocido y todo, pero los votos en las internas los consiguen los punteros. No hay con qué darle”, afirma. Punteros, en la jerga política, refiere a esos líderes barriales que son respetados y acarrean votos de los vecinos.
El ex edil colorado Duilio Albertoni, consejero de Torena, le dijo: “Bo, si tenés 40 o 50 bases, vas a sacar entre 4.500 y 5.000 votos. Y si sacás 5.000 votos y los ponés en una lista, en la nacional hacés destrozo”. El Pato Celeste (sin el disfraz) sigue el razonamiento: “Todo el guacherío de los rancheríos, ¿a quién van a votar? A Martín Quiroga. No votan al Pato, votan al Yesty Prieto, a Martín Quiroga, y sumale todos los beneficios que vamos a hacer, que la gente, en ese sentido, es lo más noble que hay”.
“Nosotros ¿qué les prometemos a esa gente, que no tiene ni para una tortafrita? Un espectáculo: ‘Organícense en el club, que nosotros venimos y hacemos todo el show’. Estos tigres, que vayan cuatro a un club de baby fútbol es insólito. Para un club de baby fútbol, si quiere tener un muñeco de estos, le sale 20 palos. Uno solo. Y no les sirve ni llevarlo, porque con la recaudación que hacen, no pueden pagarlo. Yo les llevo cuatro, gratis. Les digo: ‘Organícense, nosotros venimos y le cantamos. Ustedes vendan tortafritas, coso, y todo lo que recauden, es pa’ ustedes, más lo que nosotros les conseguimos. Yo tengo cuatro o cinco empresarios que me dan cosas para donar. ¡Es política!”, se sincera con honestidad brutal.
Pues, entonces, “hablemos de política”, le planteo. “Nosotros tenemos que aportar tres o cuatro proyectos en el área del deporte, de la cultura popular, en el tema del Mides, y hay otro tema… Ah, me acordé: ‘el despacho del pueblo’. ¿Quién les paga el sueldo a los que trabajan ahí en el Palacio Legislativo? El pueblo. Entonces, tienen que estar al servicio del pueblo. Van a haber tres escribanos y dos abogados, trabajando para el pueblo, pero para los más necesitados. Vas a un asentamiento y tienen que hacer un trámite y certificar las firmas, un trámite en UTE o Antel son 4.000 o 5.000 pesos, la gente queda estancada. Bueno, vayan al despacho del pueblo y ahí va a estar el certificado gratis. Si nosotros llegamos, de lunes a viernes de 10 a 16 horas, habrá escribanos y abogados para asesorar a los más necesitados”. Es, claramente, la propuesta estrella del Pato Celeste. La volverá a repetir Quiroga más tarde, tras cantar que es “el peor de todos” en el Nuevo Ellauri.
Torena maneja hacia el barrio Bonomi, al lado de Casavalle, y amplía: “Hay muchos trámites que la gente hace. Bo, la burocracia los mata. Y si mañana en el Mides hay que hacer algo para los más necesitados, yo lo agarro del pescuezo al ministro que esté: ‘Bo, loco, solucioname esto’. Tiene que ser así”. Puede sonar violento, pero no hay que tomarlo literal: Torena se posiciona como un intermediario para llegar al ministro de Desarrollo Social y ser vocero de los más débiles.
“Como me dice Duilio: ‘Vos sos un loco popular, pero polémico. Conocés empresarios, conocés el ámbito del fútbol, conocés el ámbito del carnaval, conocés el ámbito de las bandas tropicales. Vas a cualquier barrio a cualquier hora y te reciben lo más bien. Bo, Checho, hay 40 diputados que no presentaron ni un proyecto. ¿Y a qué van estos 40 diputados?”.
Gustavo Torena dice que más allá de los nombres de los precandidatos, la gente vota a los dirigentes en los que confía. Y está seguro que los ciudadanos que ellos eligen visitar semana a semana por estos días confían en Martín Quiroga o Yesty Prieto. “Si no consigo a estos muchachos y a los carnavaleros, yo no saco votos. Pero éstos tienen autoridad, ¿sabés por qué? Porque son de ahí. Y siempre estuvieron”, dice.
Tiene sentido la lógica de Torena: Quiroga, pongamos, es un representante de ellos que tiene alcance nacional, o por lo menos, montevideano. Hace una publicidad de una moto en las tandas de los partidos del fútbol uruguayo, y ahora actúa como barrabrava en la serie argentina llamada, precisamente, Barrabrava (en Amazon Prime), donde encaja perfectamente con el physique du rol. Ellos, entonces, son de ahí, de ahí salieron, ahí viven, y aunque se codeen con la fama, no dejan de tener clarísimas las necesidades de sus propios vecinos.
“Nosotros lo que le prometemos a la gente es tratar de solucionarle un poco la vida. ¿Cómo? Y bueno, mañana hay una cuneta rota, y bueno, llamaremos al intendente de turno y le diremos: ‘Bo, arreglales la cuneta’. La burocracia tiene loco a todo el mundo acá”, dice.
“Son unos nabos”
El Pato reconoce que los números de su lista (906) son los mismos —en otro orden, claro— de la lista madre del MPP (la 609). No cree que deba pedirle permiso a nadie para seguir usando ese número. Dice que el FA se lo permite y en la Corte Electoral pudo rehabilitar una lista que ya usaba, desde cuando sí formaba parte del mujiquismo.
Como los futbolistas, Torena habla en tercera persona, aunque alude al nombre de su personaje: “El Pato Celeste tiene autoridad moral, porque ya estuvo en la elección pasada (se refiere a 2014) y al MPP le consiguió 50.000 banderitas, 2.600 entradas, le consiguió 50.000 dólares”.
-Pero ahí estabas en el MPP y ahora no…
-Y bueno, ta… Que alguien me diga algo. El FA nos aceptó. Yo rehabilité la lista. Acá el negocio es conseguir votos. (…) Con Mujica no hablo desde hace cinco meses, pero yo no soy de hablar mucho. Voy específicamente. Fui en el carnaval pasado, me fui a hablar con él por un tema de Venezuela.
-¿Cuál tema con Venezuela?
-La plata que me deben, para poder cobrarla. Yo estoy yendo, ya fui a Venezuela.
-¿A?
-A tratar de cobrar.
-Por aquellos negocios…
-Sí. Negocios lícitos.
-Recordame qué negocios tenías.
-Las comisiones mías, de las ventas.
-Ventas, ¿de qué?
-Pollo, pasta, una deuda de laboratorio. Yo le hice cobrar a Funsa.
-Cuando a los blancos les señalan Astesiano, Marset o Morabito, ellos hablan de Sendic, Lorenzo, Calloia y el Pato Celeste. ¿Qué pensás?
-Que son unos nabos, que me dieron prensa gratis. Fui a Polémica en el bar y a Desayunos Informales. Ustedes los periodistas me hicieron famoso, algunos dándome pa’ adelante y otros dándome pa’ atrás. Duilio (Albertoni) me dice: vos te tirás un pedo y toda la prensa sale atrás tuyo, y eso los políticos no lo tienen.
Luego se pone serio y no descarta que la 906 se termine decantando por Orsi, quien, dice, tiene interés en reunirse con él. “Yo no te descarto que apoyemos a Yamandú. Pero, ¿sabés qué pasa? Capaz que en tres meses, con el programa de radio y todo, vemos que no pasa nada, bueno ta, pero si vemos que pasa, tenemos punteros en los barrios y la gente se engancha, es otra cosa… En el interior tenemos gente que labura para nosotros en Rocha, en Maldonado, en Piriápolis, en Minas, en San José, en Barros Blancos tenemos una barra bárbara. Queremos marcar la interna”, apunta.
En la Corte Electoral un funcionario le comentó que se puede inscribir hasta mil nombres en una hoja de votación. Le costó creerlo, pero el funcionario le explicó que se pueden inscribir 500 nombres de un lado y 500 del otro, y que alguna vez lo había hecho Danilo Astori. A Torena, rápido, se le prendió la lamparita. Invitar a cada potencial votante a ser uno de los mil, o mejor, “uno de los 906” y que la persona vea su nombre en el papel. “En barrios pitucos me apoyan, pero nadie quiere figurar; en los barrios carenciados, todos quieren estar en la lista. El eslogan va a ser: ‘¿Quéres ser uno de los 906?’ y ahí la largo a todo el Uruguay. El vecino que se siente identificado, te va a llevar cuatro o cinco”, estima.
-Suponete que llegás al Parlamento. Después, ¿cómo vas a actuar con los proyectos grandes? ¿Qué piensa el Pato Celeste de la reforma de la seguridad social, del proyecto que impulsa Cabildo “por una ley justa y contra la usura”, de los allanamientos nocturnos que se van a plebiscitar, de la transformación educativa que impulsa el gobierno?
-No, no… En esas cosas no. Yo no voy a andar payando y haciendo cosas que no conozco. Votar, tendré que votar, pero convenceme. Me pondré a estudiar cada cosa, y después veré si lo voto o no. “No me la dibujés, así no”.
Él sigue enganchado con revelar su estrategia para llegar a ser considerado por los grandes referentes del frenteamplismo. “Si vos le preguntás a los frentistas de peso, ninguno te va a decir: ‘Un crá el Pato con lo que está haciendo’. Ninguno. Pero todos van a querer los votos nuestros. Y bueno, yo te doy mis votos, ¿cuánto hay? ¿Querés mis 10.000 votos o 15.000 votos? ‘Bueno, ¿qué hay?’ En la interna, precisamos 5.000 en Montevideo, si no, marchamos”. Él se tiene fe, dice. Calcula que tiene 50 bases de 100 personas, “y nosotros, no es por nada, pero en los barrios tenemos gente respetada que me quieren a mí y los quieren a estos tigres. ¿Entendés lo que te digo?”
“Para el 2014 hicimos el Espacio Celeste con el Quique Saravia, con el Gato Morgade, en un mes y medio sacamos 1.900 votos. En la nacional sacamos 8.000. Acá tenemos siete meses de tiempo… Nosotros no vamos a buscar los votos, ni tan siquiera acá (Sayago), nosotros vamos a buscar los votos a donde nadie va, y donde a la gente vos le hacés un favor, la gente queda chocha de la vida, ¿y sabés cómo te responde?”
Sigue el Pato, y mejor no interrumpirlo: “Hay 109 cuadros de baby fútbol en todo Montevideo, yo con 20 cuadros, ya no preciso más. Porque yo sé cómo es el mecanismo. En los clubes de baby fútbol mandan los caudillos del barrio, que son los que hacen las tortafritas, esto, lo otro, le dicen los padres de los gurises: ‘Hay que votar a este’”. Esto último me quedará claro dentro de unos minutos, en el Bonomi.
El ex presidente Mujica alguna vez lo definió a Torena como “un pobre loco que se gana la vida vendiendo camisetas, un vivo de los que vienen de abajo”. Torena dice que hace unos cuántos meses que no habla con “el viejo”, pero que cuando nadie quiere sacarse una foto con él, Mujica hoy no tendría ningún problema en hacerlo. Un día de estos, promete, le llevará a sus “mostros” a Rincón del Cerro para que saque una foto con ellos, pero ahora no es el momento, porque si lo hace, entiende, quedará comprometido a apoyar a Orsi.
Torena admite que hubo un divorcio con el MPP. Fue cuando se peleó “fuerte” con Daniel Placeres, cuando éste todavía tenía cierta injerencia, antes de su procesamiento por conjunción de intereses. Y desde entonces no ha habido ningún acercamiento con referentes de la agrupación. Esa charla con el Pepe, se dará, en algún momento.
Dice Torena que un veterano periodista le dijo que quería escribir el libro sobre su vida. Le dijo, cuando gobernaba Mujica: “La gente te da guasca… pero vos venís a Torre Ejecutiva y te recibe el presidente de la República, y eso no lo logra cualquiera”. “Me subestiman”, concluye él.
-El Pepe Mujica, ¿por qué me recibía? ¿Yo iba a hacerle el café, acaso?
-¿Por qué, entonces?
-Y bueno…
-…
-¡Por algo me atendía, y me atiende! Lo que pasa que a veces la gente subestima. Bo, yo estuve en un avión con Chávez y con Mujica, los tres sentados ahí.
-¿Y eso qué significa?
-¡Que por algo te dan esa participación! Si vos mañana dirigís un medio de comunicación es por tu capacidad, porque sabés, porque estás en el tema. Pero la gente es envidiosa, charlatana, y me subestiman. Como dijo otro periodista: “A vos te subestiman y después les rompés el culo”.
“Llegamos. Acá somos locatarios de verdad”.
La foto y los gorritos en el Bonomi
Es media tarde de un jueves en el barrio Bonomi. Estamos en el medio de la calle, frente a un supermercado y un club social y deportivo. Un montón de niños y adolescentes reconocen a Martín Quiroga y le piden una foto. Cada uno le pide una foto. Él les dice que es mejor una sola foto con todos, y se agrupan dejándolo a él en el centro. Él, con los lentes de sol puestos, sonríe, y cuando el adulto estaba pronto a disparar, llega rápido Torena para interrumpir la foto, como esa persona que debe hablar ahora o callar para siempre si quiere evitar un matrimonio. El líder, inteligente, dice: “Pará, pará, mejor con el gorrito (de la 906). ¡Se los regalo! ¿Quieren un gorrito?” Y, claro, quieren. Entonces, la foto sale con todos los niños con el gorrito del nuevo grupo político frentista.
Los demás “mostros” de la movida también se sacan sus fotos, pero, además, reparten gorritos y cajas. Torena llama a un líder barrial y le entrega una bandera. Se trata de Damián Estula y es presidente del Club San Martín Bonomi, el cuadro de baby fútbol del barrio. Estula cuenta que hace unos días se organizó un festival, a donde fueron cantar Yesty Prieto, Martín Quiroga, Rolando y Paola Paz (¿será posible que el combo musical no tenga un nombre?) y amenizaron una jornada “preciosa y familiar”.
“Hay mucha necesidad en el barrio… hay niños de acá a los que nosotros les damos la merienda, y se acuestan con eso, es la última comida de ellos. Pienso que ellos puedan darnos una mano. Estamos conversando con Gustavo. Y a su vez, yo les puedo facilitar la llegada a ellos de mucha gente. Tenemos mucha gente que quiere que él se reúna en las casas y charlar un poco con ellos”, confía Estula.
Interviene el Pato: “El compromiso es hacer un gran festival, que toda esa recaudación de entradas, tortafritas, de lo que sea, es para el club. Nosotros traemos los mostros para cantar, y después, vamos a estar siempre presentes con las necesidades básicas para el barrio y para el club, con camisetas, con pelotas, con lo que sea. Después, si yo llego a diputado y ellos necesitan un trámite en la IM, vamos a insistirle a la IM que venga. O al Mides. Que vengan a arreglar una cuneta. Eso es lo que tiene que hacer un político: solucionarle las cosas a la gente, para eso están”.
Con el cronista de testigo, le pregunta al puntero del Bonomi: “¿Cuántos niños tenés acá?” “126”, contesta Estula. “¿Cuántos padres?” “Ninguno, no vino ninguno”, vuelve a contestar, sin entender la pregunta de Torena. “Ta, pero todos te escuchan y te dan bola”. “Ah sí, sí”. “¿Tengo 200 votos acá?”, pregunta Torena. “Sí, claro”. Con eso basta para que quede clara su lógica para la crónica.
Es hora de partir para otro tablado.
“Acá hay que traer corderos, refrescos, y te junta 200 personas chiflando”, dice Torena, de nuevo arriba del auto. Le señalo que eso mismo hace el kirchnerismo para arriar militantes, que a cambio de un choripán y la coca consigue adeptos, y que no hay politólogo que no cuestione esos métodos populistas.
Se ataja Torena: “Nosotros no venimos a dar un choripán, nosotros venimos siempre a estos barrios. Nosotros somos distintos… Somos distintos a los políticos. Los políticos empiezan a venir después acá, a querer a hablar con este muchacho (Damián Estula) y le van a decir: ‘Che, Damián, escuchame una cosa, ¿cómo hacemos?’ Y él le va a decir: ‘¿Cómo ‘cómo hacemos’? Ya está el Pato acá. Nosotros estamos con el Pato. Se terminó el partido’”.
Pasamos Teniente Rinaldi y una calle que se llama Champagne, Gabriela Champagne confirma el Waze.
De pulseadas ganadas en los barrios de la periferia tiene unas cuantas. Un veterano se le acercó a decirle que deje de prometer cosas como los políticos convencionales, y él le dijo que traería a Quiroga, Prieto y los Paz a cantar. “Qué vas a traer”, le retrucó el otro, descreído. “Yo todavía no te pedí nada, dejame cumplirte y después hablamos”. No solo le llevó a “los cuatro fantásticos”, sino que con un empresario amigo consiguió 200 hamburguesas para que se organizara un evento social en el barrio. El desconfiado reconoció la derrota: “La verdad, me ganaste Torena”.
Llegamos a Jacinto Quintela y Trápani, barrio Nuevo Ellauri, y acá van a cantar los “tigres”. Los vecinos lo saben, los esperan.
En minutos, Quiroga será el más requerido por la gente. Cuenta que Torena le propuso la idea de sumarse a su proyecto político en el complejo de cabañas que el Pato tiene en Punta Colorada, cercano a Piriápolis. “Ahí me dijo que tenía ganas de tirarse a diputado, y que quería armar como un cuadro de gente que lo rodea y que sea corte cultura, futbolistas, cantante, músicos. Y así fue que acepté. Primero, porque soy frenteamplista, y segundo, porque al Pato lo veía —ponele que se haya mandado mil cagadas—, pero lo veo solidario, él no tiene necesidad de hacer esto, esto se lo banca él, no le pide plata a nadie, y no tiene necesidad, podría estar tranquilo sentado en la casa...Yo no junaba ni medio de la política, pero después que investigué un poco, me di cuenta que el hombre tiene ganas de ayudar”, dice. Eso lo convenció
Los recibe Paola Derquin, militante frentista en el barrio, muy consustanciada con la causa del Pato Celeste. “Preguntale por qué nos da pelota”, sugiere Torena. Le pregunto por qué les da pelota. Y ella contesta: “Porque le da bola a los de abajo, a los del barrio. Acá al barrio no viene nadie, nunca una murga o un cantante”. Luego se corrige: vienen los políticos sí, pero en plena campaña, a juntar votos, nunca antes.
Tiene otro motivo más poderoso para apoyar a Torena: cuando la crisis de 2002 se vinieron abajo los merenderos del barrio y el hambre era figurita repetida, quien vino a auxiliar y traer cajas con comida fue Torena, “calladito”, sin llamar a la prensa.
Ahora, en diciembre de 2023, también llega con alimentos. Antes de que los mostros, los tigres, los fantásticos, canten, él reparte cajas con pandulces y budines. Y claro, gorritos tricolores para todo niño, adolescente o adulto. Los gorros no solo dicen Rolando Paz, Paola Paz, Yesty Prieto o Martín Quiroga. Algunos dicen “Yessy López”, porque la vedette y comentarista de carnaval también los apoya.
Le pregunto a Derquin cómo ella puede ayudar a Torena, y se adelanta Torena: “Consiguiendo gente”. Entonces le pregunto a Derquin cómo los vecinos pueden apoyar a un político si no saben qué ideas tiene para implementar si llega al lugar buscado. Vuelve a meterse Torena: “Te explico yo, porque ya lo hablé con Paola. Nosotros venimos ahora y acá no hay política. Venimos a darle un poco de alegría al barrio. Y después, dentro de 20 días o un mes, ahí sí, venimos todos, nos sentamos en unas sillitas, ella va a sentar a todos los vecinos y ahí les vamos a decir qué es lo que nosotros tenemos y a qué aspiramos. Ayudar al barrio, de tal manera. Como te dije: deporte, cultura, el Mides. Y que ellos nos den ideas”.
Paola dice que la urgencia de los vecinos de Nuevo Ellauri (al lado de Los Reyes y Casavalle) es el empleo. “No hay laburo”, dice. “Si ellos llegan, van a colaborar con la gente del barrio. Yo sé que sí. Estoy segura”, afirma convencida. Torena aprovecha el momento para comprometerla a Paola de pintar todos los muros de las dos cuadras cercanas. Ella dice que cuente con eso, es un hecho.
Rolando y sus dos hijas (en el trayecto se sumó otra) arman rápido un teclado con las pistas, conectan los micrófonos, y llega el momento de la música. Los vecinos se fueron arrimando. No son muchos, pero los chicos y adultos que se acercaron tuvieron sus selfies con sus ídolos de la movida tropical.
Rolando Paz y Yesty Prieto arrancan con un clásico que nunca falla: “Lola, la coquetera”. Luego es el turno de Martín Quiroga, que canta “El peor de todos”. Paola Paz, la hija mayor de Rolando, canta el tema que la identifica, y cantan a viva voz las mujeres del vecindario. Cuenta la historia de una madre soltera empoderada: “Yo soy una guerrera/Que opinen lo que quieran/Por el pan de mis hijos que hay sobre la mesa yo hago lo que sea/Yo soy una guerrera/que, obligada, pelea/y no le echo la culpa a nadie de lo que yo ayer decidiera”.
Torena, el político, se acerca y comenta al oído: “Mirá cómo todos la cantan. No votan al Pato, votan a La Guerrera, ¿entendés? Toda esta gente nos vota a nosotros, estas dos o tres cuadras las vamos a pintar todas”, como el perro que marca su territorio, pienso. Como la guerrera que defiende lo que le pertenece.
Yesty luego canta una del repertorio de Karibe con K, Paola entona “El alacrán” (“Oye colega no se asuste cuando veas, al alacrán tumbando caña”) y remata Quiroga, el más codiciado para las fotos posteriores al mini-recital. Prieto bromea, por el micrófono: “Él es famoso, está lleno de guita. Yo soy popular, no tengo un puto peso”.
Se termina la música —las vecinas bailaron y cantaron sin pudor en plena calle—, ellos levantaron sus parlantes y volvieron a poner todo en la van blanca que atrás dice “Rolando y Paola Paz y sus melómanos” con un teléfono para contrataciones. Es hora de partir. Fin de la jornada artística/política del día.
Al volver, pasamos por algunas calles que califican más como “pasajes”. “¡No ves que acá hay más gente que yuyos! ¿Y qué políticos viene hasta acá? Capaz que yo no conozco al puntero de acá, pero conozco a alguien que sí es amigo del puntero. ¿Entendés cómo es la bocha?”
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