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miércoles, 1 de noviembre de 2017

UN CIRCO DE MENTIRAS CONTRA ASSE

Dr. Charles Carrera Leal 26.10.2017
El Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS) fue, junto a la reforma tributaria, de las más profundas transformaciones que ha impulsado el Frente Amplio desde que llegó al Gobierno. Un sistema que permitió el acceso a la salud a cientos de miles de uruguayos que estaban excluidos de servicios de calidad a los que solo se accedía por las instituciones privadas en detrimento de los servicios públicos deficitarios. Hoy existe una campaña de desprestigio contra ASSE que no se corresponde con la opinión de los usuarios que en ella se asisten -cerca del 1.300.000 uruguayos- de los cuales medio millón son usuarios FONASA, es decir, usuarios que, pudiendo elegir el mutualismo privado, optan por atenderse en ASSE debido a la calidad mejorada de sus servicios. Un botín de guerra para nada despreciable en un mercado altamente competitivo como el de la salud. Es precisamente ese punto del que no se habla, en cambio el foco está en los errores de un organismo que tiene más de 900 puestos de atención que forman parte de las 70 unidades ejecutoras que la integran, sumando unos 32 mil funcionarios bajo su tutela. Un organismo que se inspecciona a sí mismo a partir de auditorías internas cuyas conclusiones son utilizadas para desacreditarla y presentar los hechos -investigados, trabajados y analizados por la institución- como delitos, haciendo creer de la existencia en ASSE de un caos asistencial y administrativo. Sin embargo, las encuestas de satisfacción de usuarios reconocen la mejora de la gestión de un servicio que es capaz de captar a ese medio millón de usuarios FONASA. Antes de la reforma El panorama anterior a la reforma se conformaba con el cierre de empresas prestadoras de servicios, trabajadores despedidos, rebajas salariales y atrasos en los pagos de beneficios. Un sistema de salud fuertemente dividido entre hospitales públicos deprimidos y con bajo presupuesto. Una salud pobre para pobres hacían parte de un sistema inequitativo con baja accesibilidad, escasas medidas de promoción y prevención. Hasta la llegada del Frente Amplio - para quien la salud es un derecho y no una mercancía - al Gobierno, no había una alternativa de cambio posible. Se dio el impulso necesario para igualar el acceso a un derecho fundamental para todos los uruguayos. La reforma dio sostenibilidad financiera y universalizó la cobertura, promoviendo la participación social tal y como lo recomienda la OMS. Hoy, sin importar el prestador al que se asista, la reforma ha asegurado una canasta de prestaciones básicas (PIAS) brindadas de forma obligatoria por las instituciones que forman parte del SNIS. El sistema anterior (DISSE), contemplaba solo a los trabajadores activos, el FONASA contempla a los activos, pasivos, hijos menores de 18 años y cónyuges. Hoy se paga a los prestadores por METAS y estas persiguen el principal objetivo de mantener al usuario saludable. Se pasó de un sistema curativo y medicalocéntrico (en el que se ve al médico cuando se está enfermo), a un sistema de promoción y prevención, privilegiando colectivos como la niñez, adolescencia, embarazadas y adultos mayores. Hitos sostenibles La reforma ha generado hitos que posicionan al país en una zona de vanguardia mundial. Tenemos el carné de vacunación gratuito más abarcativo de la región; se ha disminuido considerablemente la mortalidad materna, siendo una de las tres más bajas de América; la política antitabaco ha merecido reconocimiento mundial y un fallo internacional que marca un mojón histórico de un pequeño país que hizo de su política sanitaria un hecho mundialmente reconocido en una lucha contra un flagelo que mata anualmente a 6 millones de personas. Las denuncias y las defensas Se denuncia aumentos en gastos de traslados, limpieza y contrataciones de CTI, hablando de incrementos (entre 2008 y 2017), de 600, 700 y hasta 1000%. En contrataciones de CTI, el aumento a precios constantes desde 2008 a 2016 fue del 64,86%. En consecuencia, el aumento anual en los 8 ejercicios representó un 8,10%, dentro de la tendencia mundial de incremento de utilización de CTI. Respecto a los traslados, el aumento durante el mismo período (2008-2016) fue del 102,44%, un aumento anual del orden del 12,80%. Estos son los números reales, no los inflados por los denunciantes. Estos aumentos -además- se corresponden con lo que pasa a nivel mundial donde las tecnologías y las técnicas avanzan permitiendo, cada vez más, el uso del CTI (ej. prematuros, personas de edad avanzada). Asimismo, el disponer de unidades de traslado permite que los médicos hagan uso de esa opción para los tratamientos dispuestos. Hay un aumento de la medicina defensiva que hace que se incremente el aumento de los traslados. Aumentan las especialidades, aumentan los estudios, ergo: aumentan los traslados. Es decir, se gasta más porque la gente se atiende más y mejor. Se ha montado un verdadero circo mediático entorno a ASSE, el mayor prestador de servicios de salud del Estado uruguayo, que reconoce sus errores y los detecta a través de auditorías de contralor que son base y fundamento de las denuncias que flamea una oposición sin agenda ni rumbo. En próxima entrega iremos explicando otras puntas de esta campaña de desprestigio contra una institución que ha cambiado la vida y la salud de más de un millón y pico de uruguayos.

www.redcontactosur.blogspot.com.uy


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