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miércoles, 16 de noviembre de 2022

EL SINDROME DE MARADONA.

 





Algunos pensaran que el futbol y la política, son como el agua y el aceite, por el contrario, son como el café y la crema de leche, van juntos y son más apetitosos cuando se saborean entremezclados. 


El futbol hoy popular en todo el mundo es una imitación de esos viejos rituales del circo romano, donde las multitudes efervescentes vitoreaban a sus gladiadores, uno de los momentos de mayor éxtasis a modo de  trofeo moderno,  era el decapitar la cabeza del contrincante y presentársela al emperador; luego a modo de desprecio dejarla caer al suelo para darle de patadas como si esta fuera una pelota; de esa otrora sangrienta práctica, quedo en el inconsciente colectivo, la necesidad gregaria de reunirse en multitudes en campos denominados estadio.

 
El jugador moderno utiliza mucho de  los arquetipos de los gladiadores romanos, que representan a los héroes populares, porque pueden ejercer poder siendo plebeyos, cuando actúan se los eleva a rango de semi dioses, gracias al relato de los periodistas deportivos que son los modernos juglares que en la antigüedad contaban al pueblo no presente toda la trama vivida en el circo romano, toda esa narrativa hiper dramatizada en la actualidad es replicada por los cronistas deportivos que elaboran un guion o narrativa fantástica donde estos nuevos héroes populares llegan a ganarse apodos o sobre nombres extraordinarios, tal como se lo hacía en Roma, estos elegidos del pueblo, tocados por la mano de los dioses del olimpo son los nuevos héroes que reivindican la aspiración colectiva al triunfo, se exacerba la lucha entre contrarios , es decir, se garantiza que el pueblo viva y se someta a la reproducción de las leyes de la dialéctica.


El futbol como espectáculo de control social en su forma didáctica para que los pueblos eternicen dogmáticamente y hasta el fanatismo la matriz civilizatoria antropocéntrica  patriarcal occidental , el futbol reproduce todos estos arquetipos de manera espectacular, donde hombres pelean contra hombres pateando una cabeza que ahora es una pelota, el meter el gol es una alegoría del éxtasis que se obtiene al vencer por la violencia al contrincante y la pelota es el trofeo que los gladiadores ofrecían victoriosos al emperador.


Estos semi dioses han tenido diferentes nombres, en esta ocasión escogimos a Diego Armando Maradona por sus peculiares características, fue un muchacho que salió de los barrios pobres de la Boca, que encontró en el futbol la vía de salida a su situación social y económica deprimida, físicamente era bajo de estatura, propenso a ser regordete, de sonrisa fácil, de diálogo ameno, una personalidad muy popular y  popularizable; en pocos años gano la aceptación y el prestigio que lo acompaño en la carrera accedente en el futbol argentino y luego sus participaciones en los mundiales lo convirtieron en un héroe internacional apetecible por los mejores clubes del mundo hasta que se internacionalizo llegando a ser uno de los jugadores más bien pagados y cotizados de la historia del futbol profesional, eso acompañado por sus proezas en el campo de batalla, que lo convirtieron rápidamente en un mito moderno muy difícil de ser superado, más aún porque todo esto sucedió en una época en que el futbol aún era futbol, y no lo que ahora se ha convertido.


Maradona llego a la cima del mundo futbolero, lograba la atención en todas las cosas que realizaba, con una fuertísima atracción y cobertura mediática, principalmente su manera de vivir tan controversial , propenso a los excesos, excentricidades y opulencia descontrolada, comenzó un proceso de decadencia lento pero muy doloroso, su adición a varios tipos de drogas, desenfreno sexual y alcoholismo, fueron combustible para los escándalos que acabaron derrumbando su carrera profesional, postrándolo en delicados estados mentales y un posterior decaimiento físico.


Como un ser social comprometido con su tiempo al igual que como deportista y ser humano, llamo la atención, claramente su apoyo a los líderes mundiales que eran mal vistos por las grandes elites del poder político como EEUU, su amistad con Fidel Castro, Hugo Chávez y Evo Morales a quien abiertamente apoyo en sus campañas, y su apoyo a las causas populares lo llevo a ser criticado por la gran prensa a influjo del imperialismo.
Cada vez que lo atacaban más apoyaba a los procesos revolucionarios y más se agrandaba su figura en un mundo politizado, donde el deporte se mezcla con la política, para distraer la atención a los problemas reales del momento.
Al final de su decadencia, Maradona decidió aceptar el rol de director técnico de un club de las ligas de México, claramente vinculado con grupos de narcotraficantes, en algunas escenas que los medios publicaron, se ve a Maradona en el campo de entrenamiento, rodeado por su staff de asistentes para cubrirle en el momento en que inhalaba su droga.


Las últimas apariciones públicas de Maradona, nos muestran a un personaje que en algunos casos balbucea y se expresa de manera incoherente al tratar de hablar, se tambalea errático frente a la televisión internacional, es un ídolo a punto de caer, lo cual, es la mayor expresión de decadencia, al final Maradona muere fruto de esos excesos quedando en la memoria de la humanidad como un personaje ambiguo, que termina siendo la anti tesis de todos los valores que alguna vez hubiese representado.


¿Qué significa el síndrome Maradona ?, lo resumimos de la siguiente manera, en el medio político, existen personajes similares a Maradona, líderes populares, grandes personajes que emerger de los barrios o sectores sociales empobrecidos, en su trayectoria ascendente realizan actos y obras ejemplares, obteniendo la aceptación popular que los lleva a ser líderes y luego a ostentar el poder popular.
Estos personajes al igual que Maradona, se pierden en esa algarabía de la fama, se hipnotizan con las masas que los adulan y ensalzan como héroes o súper hombres, el poder que logran los enajena y van poco a poco perdiendo la noción de la realidad, cada vez se vuelven, más tiránicos y extravagantes, para luego caer en esa decadencia similares a Maradona.


En su enajenación decadente, no se dan cuenta que su época de futbolista o de líder político se ha terminado, y pretenden ser directores de equipos de futbol que compran con gran publicidad o insisten en seguir siendo jefes de campaña para mantener su falsa idea de liderazgo y pretender meter goles; al final esta locura por seguir siendo lo que ya no son, los lleva a realizar todo tipo de desatinos, forzando la realidad y queriendo obligar a las masas que como antes los vitoreaban a seguir haciéndolo, para ello realizan actos absurdos y grotescos, que solo generan mayor repudio popular.


La moraleja que Maradona nos dejó al final de su vida, está en el aceptar y aprender, el saber cuándo ha culminado tus días de gloria, cuándo debes retirarte del campo de batalla, para hacer que la gente y la historia te recuerden por lo bueno que hiciste y que tú obra quede guardada en el corazón de tú pueblo, si uno no es consciente de todo esto, será su propio verdugo

               Ruben Suarez  
          Director RedContactoSur

 

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