Desplazados y en peligro, los periodistas palestinos siguen documentando la guerra
Casi 80 periodistas y trabajadores de la prensa palestinos han perdido la vida desde el estallido de la guerra entre Israel y Hamás, en octubre pasado. Forman parte de los casi 28.000 palestinos muertos a causa de los ataques aéreos y terrestres israelíes, de acuerdo con el Ministerio de Salud de Gaza.
Los periodistas gazatíes han sido desplazados y sus casas destruidas. También han perdido equipamiento esencial para informar, lo que empeora los ya graves problemas con los que deben lidiar para cubrir el conflicto en una zona de peligro mortal.
En un certamen organizado por el Foro de cobertura de crisis del ICFJ en lengua árabe, cuatro periodistas —Samar Medhat, Marina Milad, Tala Al-Sharif y Nada Omran— fueron reconocidos por sus coberturas de la guerra y su destrucción.
A continuación compartimos sus historias, junto con los testimonios de otros periodistas de nuestra red que continúan informando desde Gaza.
Una periodista detenida
Tala El-Sharif produjo un reportaje en video titulado "El precio de la palabra hoy es la muerte o la prisión", en el que cuenta la historia de su colega Lama Ghosheh, a quien las autoridades israelíes detuvieron y condenaron por supuesta incitación a la violencia en las redes sociales.
Mientras estaba detenida antes de su juicio, Al-Sharif estuvo recluida en régimen de aislamiento. Finalmente fue declarada culpable y condenada a tres años de arresto domiciliario, que posteriormente se conmutaron por una condena condicional de tres años y una multa. Durante todo ese tiempo se le prohibió acceder a las redes sociales.
"La heroína de mi historia, Lama, empezó a interesarse por el periodismo cuando era niña, al presenciar varios eventos en Palestina y expresarlos a través de su pluma. Estudió comunicación en la Universidad de Birzeit, especializándose en escribir historias sobre las comunidades marginadas en Jerusalén, hasta que el conflicto recrudeció y ella misma se convirtió en uno de los casos humanitarios sobre los que escribe".
Hogares destruidos
En una cobertura multimedia llamada "Torre Palestina", Marina Milad documentó el sufrimiento de los palestinos cuyas casas han sido destruidas por las fuerzas israelíes.
Hogar de docenas de familias y uno de los edificios de apartamentos más antiguos del barrio de Al-Rimal, en la ciudad de Gaza, la Torre Palestina fue bombardeada el 7 de octubre por un ataque aéreo israelí. Según el ejército, el edificio albergaba infraestructura de inteligencia de Hamás.
"La Torre Palestina, de 14 plantas, es una de las más antiguas del barrio de Al-Rimal. Se construyó en 1994", cuenta Milad. "Sus residentes procedían de diferentes estratos sociales, y es la sede de varios medios de comunicación y tiendas. La elegí para mostrar la vida de sus antiguos habitantes durante la guerra".
Las fuerzas israelíes han reducido a escombros el barrio de Al-Rimal durante sus ataques.
Salud reproductiva
Nada Omran escribió para Cairo 24 sobre la salud de las mujeres y niñas palestinas.
"Quería exponer otra cara de la guerra, más allá de los bombardeos y las matanzas, mostrando la angustia de las mujeres y las niñas que accedieron a hablar sobre su menstruación y cómo la gestionan", explica Omran. En el artículo cuenta que encontrar toallas sanitarias en Gaza se ha vuelto imposible debido a la escasez de suministros, especialmente aquellos relacionados con la limpieza y la salud femenina, situación que empeora por la falta de agua.
En ese contexto, las mujeres y las niñas de Gaza toman píldoras anticonceptivas para retrasar su regla. "Apoyé la cobertura con estadísticas y cifras de la Oficina Central Palestina de Estadística y de la Organización Mundial de la Salud".
Por su parte, la periodista Samar Medhat escribió sobre las mujeres de Gaza que se han visto obligadas a parir por cesárea sin analgésicos ni anestesia, y el terror que vive una mujer que no da a luz en una sala de operaciones, sino en la puerta de un hospital o en un pasillo estrecho rodeada de heridos y gritos.
"Cuento sobre las estadísticas de mujeres embarazadas en Gaza, las cifras de operaciones de parto difíciles y las cifras de mujeres que perdieron el útero durante una cesárea", explica Medhat. Su artículo incluye un mapa de los hospitales que prestan servicios de ginecología y obstetricia, así como de los que han sido cerrados o destruidos. También incluye testimonios de médicos.
"No fue fácil llegar a las mujeres que dieron a luz por cesárea en circunstancias difíciles y con graves secuelas. El otro desafío fue determinar el número de cesáreas, que obtuve de los datos disponibles a través de las asociaciones sanitarias oficiales", cuenta.
Desplazados y en peligro
Los periodistas palestinos buscan la manera de seguir informando y, al mismo tiempo, mantenerse a salvo y a sus familias. Entre ellos hay miembros de nuestra red.
Noor Al-Suweirki, periodista televisiva y autora, vivía en la ciudad de Gaza antes de ser desplazada a Rafah, en la frontera sur con Egipto. "Nuestras vidas han sido trastornadas por completo. Ahora cocinamos con leña, lavamos nuestra ropa a mano. Desplazarse se ha vuelto difícil y no hay transporte debido a la falta de gasolina. La mayoría de los periodistas dejaron sus equipos, como cámaras y laptops, en sus casas destruidas. Hay cortes constantes de electricidad y comunicaciones, y hay una grave escasez de equipos de seguridad profesionales".
Al-Suweirki hoy depende de su teléfono móvil para trabajar. "Informo sobre todo lo relacionado con mujeres y niños. Una de las historias humanas más impactantes que escribí es sobre un niño de 10 años que necesita diálisis renal y, debido al desplazamiento de su familia y al arresto de su padre, el niño quedó abandonado en la calle hasta que un vecino lo reconoció y lo llevó a sus sesiones de tratamiento".
Abdul Hadi Nabil Farhat, corresponsal de Yemen Today, se vio obligado a abandonar el norte de Gaza con su familia. Farhat ha informado sobre los ataques israelíes al hospital Al-Shifa. "Lo más difícil ha sido quedarme sin hogar y desplazado, sobre todo porque soy del norte de Gaza. Mi equipo se dañó en Al-Shifa durante los bombardeos", cuenta.
Farhat ha seguido informando, con un equipo limitado, desde el hospital Al-Aqsa, el único en funcionamiento que queda en el centro de Gaza. "Las protecciones que usamos no incluyen ningún material o dispositivos anti-fragmentación, sino que son simples trozos de tela. La pérdida de equipos ha afectado negativamente nuestro trabajo, y por eso hay muchas historias humanas que aún no se han contado".
El fotógrafo Mustafa Ja'arour ha perdido a muchos de sus colegas durante la guerra, y fue desplazado junto con su familia del norte de Gaza a Deir Al-Balah, en el centro. Cuenta que una de las historias más importantes que publicó fue la de una anciana palestina que no pudo recibir tratamiento contra el cáncer al principio de la guerra. La mujer murió luego de que el hospital cercano cesara de funcionar tras quedarse sin combustible, energía ni agua.
Mohammad Fayez Abo Oun abandonó su equipo de filmación cuando huyó a Deir al-Balah, tras la destrucción de su casa.
"Trabajo sin protección. Sin chaleco. Sin casco. Sin cámara, y actualmente informo con mi teléfono móvil", dice. "Hay muchas historias que no han podido ser contadas todavía, como la destrucción de edificios residenciales en el norte de Gaza y las fosas comunes que hay allí".
Este artículo fue originalmente publicado en IJNet en árabe.
Foto cortesía de Abd Elhady Nabeel Farhat.
Via https://ijnet.org/es/story/desplazados-y-en-peligro-los-periodistas-palestinos-siguen-documentando-la-guerra
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