Comunicados oficiales del Ministerio de Asuntos
Exteriores y Expatriados del
Estado de PalestinaDel 23 de febrero al 1º de marzo, 2024
El establecimiento de un nuevo puesto colonial en Al-Lubban Al-Sharqiya es menospreciar todo esfuerzo realizado para detener la agresión y resolver el conflicto.
El Ministerio de Asuntos Exteriores y Expatriados condena los intentos de los colonos de establecer un nuevo puesto colonial de seis caravanas en tierras de ciudadanos palestinos en Al-Lubban Al-Sharqiya. También condena enérgicamente la continua escalada de los ataques de colonos terroristas contra ciudadanos palestinos, sus tierras, propiedades, hogares y lugares sagrados; considerándolo un desafío flagrante a las resoluciones de legitimidad internacional y del derecho internacional, y un menosprecio hacia los países que han impuesto sanciones a algunos de ellos por su involucramiento en estas actividades y que afirman estar interesados en una solución de dos Estados.
El ministerio considera que el gobierno israelí no da ningún crédito a la comunidad internacional y sus decisiones, ni respeta las posiciones y reclamos de los países al respecto mientras no se traduzcan en acciones y sanciones disuasorias.
El hecho de que Netanyahu ignorara “la masacre de la harina" demuestra que él es la cara política del fascista Ben Gvir.
El gobierno palestino exige la imposición de sanciones disuasorias al gobierno israelí para obligarlo a garantizar la protección de los civiles y asegurar sus necesidades humanitarias.
Tras la “Masacre de la Harina” en la calle Rashid, Netanyahu salió a repetir sus mismas justificaciones respecto a la guerra de genocidio contra nuestro pueblo, admitiendo que enfrenta una presión internacional y que está fallando, principalmente con su indiferencia respecto a proteger a los civiles palestinos y asegurar sus necesidades humanitarias. Al mismo tiempo, ignoró por completo la masacre que cometió contra civiles indefensos, exhaustos, hambrientos y sedientos por causa de sus racistas decisiones.
Esta negligencia no difiere de la descripción que hace el fascista Ben Gvir de nuestro pueblo como “turbas”, o la que hace Gallant de “animales humanos”, sino que la traduce a otro lenguaje que no oculta el odio, el racismo, la venganza de la ocupación hacia nuestro pueblo y la negación de su derecho a la vida.
El ministerio afirma que Netanyahu y su gobierno continúan masacrando y desplazando a nuestro pueblo gracias a la indiferencia y complicidad de los países que protegen a Israel por sus crímenes cometidos. Aquellos países que dicen querer proteger a los civiles y cubrir sus necesidades básicas no han conseguido en 147 días garantizar un paso seguro para la entrada sostenible de ayuda a los civiles. Es necesario imponersanciones al Estado ocupante que lo obligue a proteger a los civiles y satisfacer sus necesidades, tal como una obligación emanada del derecho internacional a la potencia ocupante. De lo contrario, la comunidad internacional seguirá perdiendo credibilidad; más bien, será considerada partícipe del exterminio de nuestro pueblo.
Los alardes de Ben Gvir sobre “la Masacre de la Harina” y las amenazas de Smotrich forman parte dela política oficial israelí para exterminar y desplazar a nuestro pueblo.
El ministerio condena en los términos más enérgicos el alarde del racista y fascista Ministro Ben Gvir por la masacre en la calle Al-Rashid en Gaza, cometida por las fuerzas israelíes. Es una confesión de las intenciones y la política oficial israelí de exterminar a nuestro pueblo, y un flagrante desafío a la Corte Internacional de Justicia y su orden de medidas provisionales, y un desprecio hacia las exigencias internacionales de proteger a los civiles.
El ministerio también condena las amenazas proferidas por el Ministro fascista Smotrich contra los palestinos en la Cisjordania ocupada, prometiendo más castigos colectivos y profundizar los asentamientos en la tierra del Estado de Palestina.
Asimismo, el ministerio expresa su repudio ante el silencio internacional sobre este crimen y la falta de condenas internacionales claras y explícitas.
El Ministerio de Asuntos Exteriores y Expatriados condena “la masacre de la harina” en Gaza y exige
un alto el fuego inmediato como única forma de proteger a los civiles.
El ministerio condena en los términos más enérgicos la atroz masacre cometida por las fuerzas de ocupación contra civiles palestinos que esperaban la llegada de camiones de ayuda en la rotonda de Nabulsi, cerca de la calle Al-Rashid en Gaza; dejando a más de 100 personas asesinadas y 800 heridos, como resultado de los bombardeos y disparos israelíes, mientras los ciudadanos esperaban la entrega de ayuda. Este hecho es parte integral de la guerra genocida cometida por el gobierno de ocupación contra nuestro pueblo para evacuar toda el norte de la Franja de Gaza.
Esta masacre demuestra una vez más que el gobierno israelí hace caso omiso a los llamamientos y exigencias internacionales de proteger a los civiles, practicando exactamente lo contrario. El ministerio considera esta masacre como otra prueba del genocidio y de la política de ocupación y desplazamiento contra nuestro pueblo; y una prueba más para la comunidad internacional y los países que apoyan a Israel de que no hay alternativa a un alto el fuego inmediato.
El Ministerio de Asuntos Exteriores y Expatriados acoge con satisfacción la decisión de Nueva Zelanda de imponer sanciones a los colonos israelíes.
El ministerio acoge con satisfacción la decisión de Nueva Zelanda informada por el Primer Ministro Christopher Luxon de imponer sanciones, incluida una prohibición de viajar, a varios colonos extremistas por haber cometido actos de violencia, crímenes y ataques contra ciudadanos palestinos en Cisjordania. Además de las declaraciones del Ministro de Asuntos Exteriores de Nueva Zelanda, Winston Peters, sobre la firme postura de su país de que los asentamientos israelíes en los territorios palestinos ocupados son una violación del derecho internacional y socavan la oportunidad de implementar una solución viable de dos Estados.
Esta decisión es un paso importante hacia la dirección correcta. Las sanciones deben abarcar todo el sistema colonial en el territorio del Estado de Palestina y colocar a las organizaciones de colonos israelíes en las listas terroristas de Nueva Zelanda.
La comunidad internacional es responsable del repetido fracaso a la hora de detener el genocidio, la anexión y el desplazamiento del pueblo palestino.
El gobierno de ocupación continúa intensificando su agresión contra nuestro pueblo con el objetivo de acabar con sus derechos y su justa y legítima causa nacional; resolver el conflicto unilateralmente a través de la ocupación, la guerra genocida en la Franja de Gaza, y la aniquilación de toda presencia palestina en Jerusalén y en las zonas clasificadas como (C), la confiscación de tierras, y los crímenes de anexión gradual de la Cisjordania ocupada.
Tal es el hecho de la confiscación de más de 1.000 hectáreas para ampliar la colonia “Maale Adumim”, los
asentamientos en el Valle del Jordán ocupado y los crímenes de limpieza étnica en Masafer Yatta.
En ambos casos, Israel continúa perpetuando su ocupación de la tierra del Estado de Palestina, aniquilando todos los componentes de la existencia nacional y humana de nuestro pueblo, obligándolos a emigrar como consecuencia de la destrucción total de la Franja de Gaza, convirtiéndola en inhabitable, controlando toda Cisjordania, incluida Jerusalén Este, y cometiendo las formas más atroces de asesinato, opresión, abuso y castigos colectivos contra los ciudadanos.
El ministerio afirma que el agravamiento y continuación del sufrimiento de nuestro pueblo es un fracaso moral y jurídico del sistema global y de los países que dicen preocuparse por la paz, la solución de dos Estados y los principios de los derechos humanos. Ha llegado el momento de un verdadero despertar internacional que obligue a Israel a detener su agresión y poner fin a su ocupación. La comunidad internacional debe preservar lo que queda de la credibilidad del derecho internacional.
El Ministerio de Asuntos Exteriores y Expatriados condena la construcción de una torre en el muro occidental de Al-Aqsa y advierte sobre sus repercusiones en el escenario del conflicto.
El Ministerio de Asuntos Exteriores y Expatriados condena en los términos más enérgicos los continuos ataques israelíes contra Jerusalén, sus ciudadanos, los lugares sagrados cristianos e islámicos, - en particular la Mezquita de Al-Aqsa -, las medidas de judaización y las restricciones de acceso a los fieles, especialmente en el mes de Ramadán.
A esto se suma la construcción de una torre y la colocación de cámaras de vigilancia en el muro occidental de la Mezquita de Al-Aqsa, las incursiones diarias y los intentos israelíes por cambiar la realidad histórica, política, demográfica y legal de Jerusalén y sus lugares sagrados, colmarla de asentamientos y separarla completamente de su entorno palestino.
Las medidas de la ocupación son inválidas, ilegales y una violación flagrante del derecho internacional, las resoluciones de las Naciones Unidas y las resoluciones de la UNESCO. El ministerio advierte de las peligrosas consecuencias por las violaciones cometidas en Jerusalén, - repercutiendo negativamente en el conflicto -, y pide una intervención internacional urgente que detenga dichas violaciones, la limpieza étnica y la guerra de genocidio contra nuestro pueblo.
Las reacciones internacionales no son suficientes ante el riesgo de no poder implementar la solución de dos Estados.
El Ministerio de Asuntos Exteriores y Expatriados condena en los términos más enérgicos los asentamientos en todas sus formas, y las consiguientes violaciones y crímenes cometidos diariamente por las milicias de colonos y sus organizaciones terroristas contra los ciudadanos palestinos, sus tierras, propiedades, hogares y lugares sagrados, con la protección y supervisión del ejército de ocupación.
El hecho más reciente fue el asalto a la comunidad árabe Mleihat al noroeste de Jericó, destruyendo alambres de púas en tierras de ciudadanos al sureste de Belén, disparando munición real a palestinos en la ciudad de Huwwara, golpeando a dos jóvenes en Masafer Yatta, y otros hechos. Por otra parte, el gobierno israelí insiste en construir miles de nuevas unidades de asentamiento en la Cisjordania ocupada, principalmente en Jerusalén Este, a pesar de la condena internacional generalizada y las advertencias sobre los peligros de esta decisión en el ámbito del conflicto; peligros reales a la oportunidad de implementar el principio de la solución de dos Estados.
El ministerio valora positivamente las posturas y reacciones internacionales rechazando los asentamientos israelíes y comprometiéndose con la solución de dos Estados. Pedimos al Consejo de Seguridad de la ONU que asuma sus responsabilidades en la implementación de la Resolución 2334, y pedimos a los países que incluyan a las asociaciones, organizaciones y milicias de asentamientos en sus listas terroristas, imponiéndoles sanciones.
Tras 147 días de genocidio, Israel no ha tomado ninguna medida para proteger a los civiles y asegurar sus necesidades básicas.
Luego de 147 días de la guerra genocida cometida por Israel contra nuestro pueblo, y a la luz de la orden de medidas provisionales emitida por la Corte Internacional de Justicia y la Resolución 2720 del Consejo de Seguridad, y con cada vez más advertencias internacionales sobre la intensificación de la catástrofe humanitaria en la Franja de Gaza, y los llamamientos por parte de funcionarios de la ONU; el Estado ocupante no ha tomado ninguna medida para proteger a los civiles palestinos y cubrir sus necesidades humanitarias básicas de manera sostenible. Por el contrario, Israel está cometiendo más crímenes y masacres. Las imágenes de viviendas y plazas residenciales demolidas son prueba clara de que no hay ningún lugar seguro en la Franja de Gaza; no hay hogares a los que los ciudadanos puedan regresar.
El fracaso internacional en no obligar a Israel a proteger a los civiles y asegurar sus necesidades humanitarias básicas no tiene precedentes; revela la falsedad de las posturas de algunos países que dicen preocuparse por los principios de derechos humanos y del derecho internacional.
La construcción de nuevas unidades coloniales y la creciente anexión de Cisjordania socavan la solución de dos Estados.
El Ministerio de Asuntos Exteriores y Expatriados condena en los términos más enérgicos lo informado por los medios de comunicación hebreos sobre un plan del gobierno israelí para construir más de 3.300 nuevas unidades de asentamiento en la ocupada Cisjordania, la mayoría de las cuales se encuentran en el “Maale Adumim”. Este plan es un intento oficial israelí de anexar Cisjordania, incluida Jerusalén Este, y socavar cualquier oportunidad de encarnar el Estado palestino sobre el terreno; un desafío flagrante a las resoluciones de legitimidad internacional, incluida la Resolución 2334, el mandato de los esfuerzos que se están realizando para detener la guerra y resolver el conflicto por medios políticos.
El fracaso internacional en implementar las resoluciones de la ONU referentes a los asentamientos y la cuestión palestina animan al gobierno israelí a expandir los asentamientos y en sembrar más focos de terrorismo israelí en la tierra del Estado de Palestina, lo que amenaza con encender más el escenario del conflicto y sumergirlo en un espiral de violencia y caos difícil de controlar.
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