Los VNE chinos contribuyen a la transición energética rusa
En Hefei, capital de la provincia de Anhui, se encuentra una planta de producción de vehículos de nueva energía de la marca china NIO. Aquí, un ejército de más de 800 brazos robóticos se dedican sin descanso a ensamblar los modernos medios de transporte.
Con una tasa de automatización del 98 %, un coche puede ensamblarse y salir de la cadena de montaje en un minuto, convirtiendo esta planta en un ejemplo paradigmático de los esfuerzos de China por impulsar las nuevas fuerzas productivas de calidad, caracterizadas por su alta tecnología, alta eficiencia y alta calidad, y haciendo de los VNE un referente de la excelencia nacional.
Con el rápido desarrollo de la cadena de la industria de vehículos de nueva energía, así como la mejora del nivel tecnológico provocada por el extraordinario progreso de la fabricación china, los automóviles enviados por las empresas automovilísticas chinas son altamente competitivos tanto en términos de rendimiento de costes como de capacidad de producción, y las marcas de automóviles del país asiático han ganado más reconocimiento a nivel internacional. Muchos fabricantes de automóviles chinos de renombre también han comenzado a entrar en el mercado ruso: en los primeros diez meses de 2023, Rusia importó más de 800.000 vehículos de todo tipo de China, lo que representa más del 80 % del total. Según Autostat, un analizador del mercado automovilístico ruso, la marca china de coches eléctricos Zeekr fue la más vendida en el mercado ruso en 2023. Un análisis comparativo realizado por Autostat también mostró que de 2019 a 2023, la satisfacción de los rusos con los coches chinos en su conjunto aumentó en 4,2 puntos.
Esta tendencia de crecimiento no solo pone de manifiesto la fuerte competitividad de las marcas chinas de automóviles en el mercado internacional, sino que también refleja el creciente reconocimiento e interés de los consumidores rusos hacia las mismas.
Frente a la agenda marcada por la confrontación y los intereses políticos de países como EE. UU., que acaba de imponer tarifas de un 100 % a los VNE chinos saltándose los principios internacionales del libre mercado, la confianza mostrada por Rusia honra a la industria automovilística de China, sentando unas bases sólidas para los intercambios y la cooperación entre ambos países en el sector de la automoción ecológica que contribuya a la consecución de los objetivos de reducción de emisiones de carbono marcados por Moscú para el año 2030.
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