La delicada situación en Bolivia
Reafirmamos nuestro apoyo al gobierno legítimo del Estado Plurinacional de Bolivia, liderado por Luis Arce, y denunciamos ante la comunidad internacional los intentos de desestabilización promovidos por sectores radicales, de la derecha cocalera del Movimiento al Socialismo (MAS), encabezada por Evo Morales y sus aliados de la derecha tradicional .
Estos grupos buscan desestabilizar al gobierno legítimo a través de acciones que vulneran la paz social y la estabilidad del país, lo que constituye un intento de "golpe blando".
Análisis de la situación
La radicalización de los seguidores de Evo Morales, dispuestos a llevar al país a una crisis por defender los intereses de una sola figura, refleja un comportamiento egocéntrico y patriarcal. El líder cocalero Morales, quien ha sido objeto de múltiples acusaciones graves, incluidas las de estupro, trata de personas y tráfico de influencias, ha eludido sistemáticamente a la justicia. Es lamentable que estos grupos utilicen artilugios y bloqueos para protegerlo, mientras el país enfrenta serias consecuencias sociales y económicas.
El bloqueo nacional de carreteras convocado por organizaciones afines a Morales pone en riesgo la seguridad alimentaria y la conectividad del país, afectando gravemente tanto la economía interna como el turismo. Esta medida, impulsada por la defensa del exmandatario, busca generar caos en detrimento del bienestar de la población, demostrando que el objetivo real es la restauración del poder del líder cocalero Morales, quien aspira a presentarse nuevamente a la presidencia, a pesar de estar inhabilitado por el Tribunal Supremo Electoral.
Además, las investigaciones sobre narcotráfico y otros delitos asociados al entorno de Morales agravan su situación. El Ministerio de Gobierno ha señalado que un alto porcentaje de las fábricas de drogas en Bolivia se encuentran en zonas controladas por sus aliados cocaleros, lo que genera serias sospechas sobre su implicación. Aunque no se han presentado pruebas concluyentes, la especulación es considerable, dada la influencia que Morales mantiene en el Chapare, una región clave en la producción de coca y fábricas de drogas como así otras actividades ilícitas.
Por otro lado, Morales también ha sido investigado por su presunta relación con menores de edad, casos que han salido a la luz pública y que incluyen denuncias de abuso de poder, corrupción y beneficios económicos a personas cercanas.
El mismo tiene un juicio actualmente al cual él fue citado pero desconociendo la orden judicial no sé a presentado.
Estos hechos, que merecen una condena enérgica tanto a nivel nacional como internacional, ponen en duda su integridad y refuerzan la necesidad de que enfrente a la justicia.
Desestabilización en curso
La convocatoria al bloqueo indefinido es una clara muestra del intento de Morales y sus seguidores por desestabilizar al gobierno legítimo de Luis Arce. Estas acciones solo profundizan la inestabilidad política, económica y social del país, generando un impacto negativo en la población en general. El gobierno de Arce, elegido democráticamente, ha sido constantemente atacado por este sector radical que busca imponer los intereses personales de Morales y los cocaleros por encima del bienestar nacional.
Es importante recordar las propias palabras de Morales cuando era presidente: "quien no acude a la justicia es un delincuente confeso, no un perseguido político". Ahora, él mismo evade la justicia, manipulando a sus seguidores para evitar enfrentar las graves acusaciones en su contra. El personalismo de Morales, centrado en su ansia de retomar el liderazgo del MAS y postularse nuevamente a la presidencia, está poniendo en riesgo la paz y estabilidad de Bolivia.
Conclusión
Rechazamos firmemente el accionar desestabilizador del sector cocalero y el ala radical cocalera del MAS, así como el apoyo internacional de grupos como el Grupo de Puebla, que respalda a Morales sin considerar las graves acusaciones en su contra. El gobierno de Luis Arce merece el apoyo de la comunidad internacional para preservar la estabilidad de Bolivia y garantizar que las instituciones democráticas no sean socavadas por intereses personalistas y autoritarios.
Es necesario que las fuerzas progresistas de la región, incluidas aquellas que apoyan a Morales, realicen una profunda autocrítica y dejen de lado el amiguismo para centrarse en el bienestar del pueblo boliviano. El camino hacia la estabilidad y el desarrollo de Bolivia debe basarse en el respeto a las instituciones, la justicia y la democracia, no en la defensa ciega de líderes cuestionados.
Lic Rubén Suárez
RedContactoSur
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