*La importancia de la vigencia de los derechos laborales en el siglo XXI*
Lic Rubén Suárez
Una de las bases fundamentales del marxismo-leninismo, el socialismo y el comunismo ha sido siempre la lucha por la plena vigencia de los derechos de los trabajadores. En este marco, una conquista histórica del movimiento obrero fue la jornada laboral de ocho horas diarias, que no solo representó un avance en materia de justicia laboral, sino también un reconocimiento de la necesidad de equilibrar trabajo, educación, cultura y descanso.
El establecimiento de la jornada laboral de ocho horas
El movimiento por la reducción de la jornada laboral alcanzó su culminación en el siglo XX con la aprobación de la jornada de ocho horas, reconocida a nivel internacional en el Convenio Nº 1 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), adoptado en 1919. Este convenio establece, en su Artículo 2, que:
"La duración del trabajo de los obreros y empleados no podrá exceder de ocho horas por día y de 48 horas por semana".
Este principio también garantiza, en muchos países, el pago de horas extras con recargos en días festivos y fines de semana, estipulando, en algunos casos, el pago doble o triple según la normativa local.
La realidad en el siglo XXI: desafíos y retrocesos
A pesar de los avances logrados, todavía existen países y sectores en los que los derechos laborales básicos no se respetan plenamente. Esto pone en evidencia la necesidad de que los Estados firmantes de los convenios internacionales cumplan con lo pactado, no solo en términos de las horas de trabajo, sino también respecto a otros derechos fundamentales, como la igualdad de salario.
El Convenio Nº 100 de la OIT, sobre la igualdad de remuneración, establece en su Artículo 2:
"Todo Miembro deberá promover y, en la medida en que sea compatible con los métodos vigentes para la fijación de tasas de remuneración, garantizar la aplicación a todos los trabajadores del principio de igualdad de remuneración entre la mano de obra masculina y femenina por un trabajo de igual valor".
La propuesta uruguaya: una jornada de seis horas
En Uruguay, la Central Nacional de Trabajadores (PIT-CNT) ha planteado la reducción de la jornada laboral a seis horas diarias con salario equivalente al de ocho horas. Esta medida, además de promover el descanso y el desarrollo cultural de los trabajadores, podría abrir nuevas oportunidades laborales para las generaciones más jóvenes. Implementar este sistema permitiría reorganizar los turnos laborales en cuatro bloques diarios en lugar de los tres actuales, optimizando el uso del tiempo y fomentando una mayor calidad de vida.
La jubilación y el disfrute del retiro
Otro punto relevante es la necesidad de garantizar una jubilación digna a una edad adecuada. Propuestas como el retiro a los 60 años permitirían a los trabajadores disfrutar plenamente de esta etapa de la vida. Es fundamental que las reformas laborales incluyan esta perspectiva, protegiendo no solo el presente de los trabajadores, sino también su futuro.
Conclusión
La defensa y promoción de los derechos laborales, desde la jornada de ocho horas hasta la igualdad salarial y la jubilación digna, son pilares esenciales para el progreso social. En pleno siglo XXI, es imperativo no solo preservar las conquistas alcanzadas, sino también avanzar hacia nuevas metas que respondan a las necesidades actuales, como la jornada de seis horas. La implementación de estas medidas contribuirá al bienestar de los trabajadores y al fortalecimiento de las sociedades en su conjunto.
¡Proletariado de todo el mundo únicos!
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