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3/24/2022

Carta a Alvaro Garcia Linera

 NO HAY PEOR CIEGO “ACADÉMICO” QUE  NO QUIERE VER



*Illa Paxi


La situación de un antes y después del golpe de 2019 ya no es la misma, tras esas desdichas que condujeron a un grupo pala-ciego hasta antes del 2019, a cometer graves desinteligencias.


Sin duda, en Bolivia, se había logrado posesionar una matriz económica de distribución exitosa, estaba en el mejor momento, pero todavía existía un estancamiento en materia social (educación, salud, vivienda, racismo, discriminación, etc.).


La oposición supo aprovechar estas debilidades para profundizar el desgaste político natural del gobierno, por otro lado, flaco favor se hizo al tomar decisiones erróneas, una en particular, la de insistir por una nueva reelección,  fue como dispararse en el pie y este acontecimiento terminó por articular una oposición raquítica, vacía, ciega de venganza y odio. 


La clase media que se creía propietaria de la administración del Estado y que jamás asimiló el proceso de transformaciones sociales, se quedó rumiando en sus círculos, racismo y odio hacía las clases populares.


Todo lo que se hacía era “malo”, los aliados naturales, una iglesia farisaica, la clase empresarial hipócrita, demostraron ser antipatriotas y ni hablar de las FF.AA. y la Policía que después se venderían a los desesperados del poder por un plato de lentejas. 


Por otro lado, un movimiento popular (indígenas, mineros, fabriles, comerciantes, etc.) hasta ese momento, golpeado y desgastado, apuesta lealmente votar por el partido ahora en función de gobierno, porque además, las otras opciones suponían un retroceso.


El momento del golpe se develaron algunas verdades que son necesarias apuntarlas, primero: Un gobierno desgastado, segundo: el descontento generalizado por la insistencia a la reelección, tercero: los avances sociales rezagados y cuarto: el abuso de poder que fueron los condimentos para que la población inicialmente tome una actitud de espectador. 


Otros apoyaron entusiastas, incluso algunos representantes de las clases obreras.  Los “cardenales” del grupo pala-ciego prefirieron velar por sus vidas, el “patria o muerte” quedó solo en frase, no se eligió defender la patria y tampoco luchar hasta el final, incluso si ésta supondría la muerte y cuando el pueblo sufría persecuciones, detenciones, agresiones, amenazas, esas altas autoridades desde el “exilio forzado”, veían de palco, seguramente preocupados pero lejos de los acontecimientos y cambios que se daban en las calles, uno en particular, el “académico” al que nadie persiguió ni acusó.


El verdadero pueblo lloró de impotencia, se sintió huérfano en manos de los peores golpistas de los últimos tiempos que no dudaron en matar, en realizar ejecuciones sumarias, de robar a manos llenas de forma desesperada, como ratas en disputa por el queso.


Los grandes perdedores de este periodo, los intelectuales pseudo izquierdistas y trotskistas que secundaron y orquestaron el golpe de Estado, hoy quedaron sin discursos, desviando cualquier indicio que quiera imponerse a su falsa narrativa de ‘fraude’, apoyando a delincuentes de los ítems fantasmas y a los violentos motoqueros de la resistencia con su argumento de “persecución política”.


Durante el periodo de dictadura hubo dos reacciones fundamentales, por un lado, el movimiento indígena originario campesino del Chapare y El Alto que al mando de Felipe Quispe, articularon la resistencia, la charla con David Choquehuanca no fue casual, porque militantes del MAS se sumaron a la resistencia legal a través de la Asamblea Legislativa y popular con bloqueos de caminos.  


En tanto se organizaba la resistencia, se realizaban las primarias, elección de candidatos.  Los golpistas que hasta mediados del 2020 tenían destruido el país ya habían sufrido deserciones en sus filas.  


El MAS en Bolivia, desde la decisión del Pacto de Unidad en Huanuni, apuesta por una dupla, pero al comunicar esta decisión con Buenos Aires se retorna con otra dupla, como decía alguien por ahí: “cuando ya tenía las respuestas, me cambiaron las preguntas”. 


Hasta ese momento, las condiciones sociales y políticas habían sufrido una reconfiguración de liderazgos, el MAS va unida contra aquella oposición compuesta por las corporaciones de medios de comunicación privados, cívicos y la iglesia, muchos de ellos antiguos “amigos” del grupo pala-ciego.


La dupla masista constituida por un economista exitoso y militante, y el liderazgo de un indígena con moral y prestigio bien ganados a través de los años de lucha por la reivindicación de las naciones originarias, se convirtieron en el factor de unidad, capaces de encarar un proceso de reconstrucción de una nación golpeada por la pandemia y la destrucción económica sufrida por los robos descarados por los golpistas.


Por ello, la agenda nacional inicial se circunscribe en la atención de salud y la reactivación económica.  Fueron muy importantes los logros conseguidos en 14 años como base y referente para el pueblo, pero también se convirtió de trascendencia, la recuperación de la confianza y esperanza encarnada por las organizaciones sociales, los militantes rederos y los grupos autoconvocados.


Desde el seno del grupo pala-ciego, su portavoz ahora quiere hacernos creer que hay dos liderazgos en el MAS y sabemos que está equivocado, la dupla gobernante se encuentra realizando una gestión de reconstrucción económica y del horizonte del Vivir Bien, de retomar el camino que transitó a partir de 2006, lo hace con luz propia y con liderazgo político social.


Hoy, esa dupla, tiene clara su misión por construir la unidad en defensa del proceso de cambio, por encima de los que anuncian una fractura, invento del grupo pala-ciego quienes estuvieron acostumbrados a crear los “paralelos” para confundir y dividir la decisión popular y, piensan que pueden seguir manipulando desde su cómoda visión “académica”. 

 

Es de estos que debemos tener mayor cuidado porque prefirieron jugar a hacerse del poder detrás del trono. Si hay una traición viene por parte de estos y de algunos “voceros serviles” que son precisamente los que se hicieron dar el golpe de Estado. 


El peligro latente es hacerse de oídos sordos a los mandatos del movimiento popular y aparecerse en los medios para “figuretear”, presumir de su relato divisionista, pero estamos seguros que solo tiene afanes de manipulación, por eso, no hay peor ciego, como ese “académico”, que no quiere ver.


*Illa Paxi, escritora y firme militante del proceso de cambio, y no de los que se creen dueños del proceso de cambio.

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