C O L O M B I A
*JORGE ELIÉCER GAITÁN AYALA*
23 enero 1898- 9 abril 1948
_Por María Cristina Vega Orjuela [1]_
Nació en Bogotá, hijo primogénito de Eliécer Gaitán, un librero bohemio con pretensiones revolucionarias que plasmaba en un pasquín llamado El Liberal, y Manuela Ayala, maestra de escuela pública, inteligente y apegada a férreos principios que inculcó en sus seis hijos. El niño creció en el barrio Las Cruces y luego en El Egipto, jugando bolas y trompo entre la calle polvorienta y la acera de la casa. La madre le enseñó las primeras letras que continuó en la escuela pública de Facatativá. De naturaleza inquieta, inteligencia extraordinaria y gran determinación, la madre moldeó su personalidad, a la par que los hechos históricos que sacudieron el País de entonces: la guerra de los Mil días y la pérdida de Panamá. Era apenas un chico, cuando su madre salió con sus pequeños pupilos para honrar a La Pola en la estatua de Las Aguas; el incidente es muy impreciso, pero se dice que la policía la golpeó porque se negó a despejar la vía, hecho que le dolió a Jorge Eliécer durante toda su vida.
En su formación, también influyó el romanticismo, con sus luchas imposibles y quimeras, el verso, la palabra melodiosa y exquisita, la magia de la elocuencia y los versos de ortografía de Marroquín.
Desde niño, Jorge Eliécer se sintonizó con el aire contemporáneo de la época y su madre le recalcó la importancia de la lectura y el estudio, el respeto por los humildes y la determinación ante la vida. Leyó con voracidad cuanto texto llegó a sus manos: los autores de la revolución francesa, los socialistas y los políticos, poetas, ensayistas y novelistas.
Al echarse los largos, su padre quiso que estudiara contabilidad para ayudar a la economía del hogar, pero Jorge Eliécer se negó y gracias a una beca que le otorgó Simón Araujo, entró en su colegio para iniciar el bachillerato. En este plantel, recibió clases de francés, italiano y matemáticas por parte del mismo Araujo. Roberto Mac Douall le impartió literatura, retórica y poesía, mientras Eduardo Rodríguez Piñeres le infundió aprecio por los códigos como instrumentos políticos. Además, se relacionó con jóvenes promisorios del partido liberal como Luis Eduardo Nieto y Eduardo Santos y, conoció a Enrique Olaya Herrera, Carlos E. Restrepo y Alfonso Villegas, pertenecientes a la Unión Republicana y, desde entonces, se le conoció cariñosamente como El Negro, sin connotaciones políticas ni sociales.
En su formación, influyó también el romanticismo lleno de luchas imposibles y quimeras, el verso, la palabra melodiosa y exquisita, la magia de la elocuencia y los versos de ortografía de Marroquín.
Jorge Eliécer se sintonizó con el aire de la época y su madre le recalcó la importancia de la lectura y el estudio, el respeto por los humildes y la determinación ante la vida. Voraz lector de cuanto libro llegó a sus manos: los autores de la revolución francesa, los socialistas y los políticos, poetas, ensayistas y novelistas.
Terminó el bachillerato en 1919, en el colegio Martín Restrepo Mejía. En 1920, montó una droguería con un hermano, y entró en la Universidad Nacional a estudiar Derecho y Ciencias Políticas. Obtuvo su título de *abogado en 1924* con la tesis titulada Las ideas socialistas en Colombia. Abrió su despacho y sus clientes iniciales fueron delincuentes de poca monta a quienes defendió con entusiasmo, y le permitieron comenzar su labor de foro y entender las peculiaridades del delito. En los metederos del centro de Bogotá, comenzó a hablarse del joven abogado y su peculiar estilo en los procesos. Se postuló y fue elegido para la Asamblea de Cundinamarca entre 1924 y 1925.
En 1926 vendió su parte en la droguería, y con el apoyo de su madre, *viajó a Italia para especializarse en Derecho Penal en la Real Universidad de Roma*, donde obtuvo el título de *doctor en jurisprudencia* en 1928 con la tesis *El criterio positivo de la premeditación, que recibió la mención Magna Cum Laude*. Su profesor *Enrico Ferri, el más prestigioso tratadista penal de la época*, lo destacó como su discípulo más brillante y años después, le agradeció su contribución a la normatividad del Derecho Penal que hoy es parte inherente de todo Código Penal, incluido el colombiano. Además de estudiar, fue testigo excepcional del afianzamiento del fascismo y se familiarizó con la figura de Mussolini y sus medios de hacer política.
Regresó al País, se mandó sacar las muelas del juicio y se levantó el velo palatino para aumentar la capacidad de aire de la boca. Amplió su capacidad torácica y expandió el plexo solar con ejercicios de contención respiratoria para hablar mejor. Instaló un espejo en la puerta de su cuarto y ante él, practicó poses y gestos que fueron configurando sus ademanes que utilizó en su actividad proselitista. Vestía de paño y prefería el saco cruzado; llevaba con frecuencia sombrero de copa y pañuelo en la solapa.
De rasgos mestizos, pelo lacio y piel cobriza, sus facciones parecían cinceladas en piedra. Su fisonomía fue adquiriendo rasgos hieráticos, sus pómulos se pronunciaron y el mentón fue más anguloso; aprendió a manejar el cuerpo, las manos y el puño. Aunque chillona, la modulación de la voz acompañada de sus vivaces ojos y el movimiento acompasado del cuerpo, hicieron que Gaitán electrizara a sus oyentes con frases cortas, repletas de ideas e interrogantes que todos anhelaban escuchar y se identificaban con ellas. *Comenzó a hablar de valores, reconquista moral, corrupción, oportunidades, patriotismo y desigualdad.*
De temperamento fogoso y nervioso, le dolían las discriminaciones y las injusticias. Aunque comenzó a militar en el partido liberal, fue discriminado por no pertenecer a la casta política dominante; en lo social, cultural y académico, comenzó a subir en forma atropellada. Tenía una personalidad cálida y adaptable; trataba a su interlocutor con respeto e interés. *Magnífico conversador, dominaba todos los temas de la época: citaba a Shakespeare, disfrutaba de la música culta, bailaba vals, tango y pasillo; degustaba el whisky y el caviar que había prometido popularizar, si a la gente le gustaba; tomaba cerveza y chicha, y jugaba al tejo*.
En 1928 fue *elegido a la Cámara por el partido liberal y en 1929, cuando se conoció la masacre de los trabajadores de las bananeras, acababa de llegar de Roma, *pasó al Magdalena y redactó un informe sobre los hechos que en un enérgico debate presentó al Congreso*, para exigir justicia y reparación a los obreros por parte de la United Fruit Company. Su carrera política se fortaleció con el apoyo popular, y a partir de entonces, se constituyó en una figura pública sin precedentes en la historia de Colombia.
Al concluir su intervención en cualquier sitio, las personas se arremolinaban en las esquinas. Su voz implicaba una esperanza que se confundía con los oyentes, en una simbiosis más biológica que intelectual. Por la radio y todo el País, crecía un murmullo que se iba transformando en clamor y grito. No es fácil entender hoy la fuerza de su mensaje, la convicción de los oyentes expectantes ante su misteriosa garganta y el torbellino de su voz que parecía un ciclón incontrolable.
En 1930 fue reelegido para la Cámara, y se inició como docente de Derecho Penal en las Universidades Nacional y Libre, y fue nombrado Rector de esta última. Desde el Congreso, atacó el monopolio de la tierra, con lo cual se granjeó el apoyo del campesinado.
En 1933 fundó el partido político *Unión Nacional Izquierdista Revolucionaria (UNIR)*, y su órgano periodístico El Unirismo que poco tiempo después, disolvió para volver al Partido Liberal y con él, planteó la necesidad de una reforma agraria. Se lanzó al Concejo de Bogotá, y todos sus copartidarios pusieron su nombre en los listados de todos los pueblos de Colombia; en esta forma, es el único político que ha sido concejal de todos los pueblos de Colombia en un momento dado.
En 1936, contrajo nupcias con Amparo Jaramillo y fue designado *Alcalde de Bogotá.* Durante su gestión, llevó a cabo importantes reformas sociales; promovió la *municipalización de los servicios públicos; trató de establecer los restaurantes o comedores escolares; hizo campañas de salud e higiene; prohibió la ruana y las alpargatas. Quiso uniformar los taxistas que, se le rebelaron* y tuvo que renunciar ocho meses después. También implantó los *viernes culturales en el teatro Municipal* con la intención de culturizar el pueblo.
El 23 de febrero de 1937 falleció doña Manuela Ayala, personaje trascendental en su vida: _“Si algo me faltara, ahí está lo primero, la sombra de quien fue mi todo, la dulce maestra de escuela, hoy peregrina de la eternidad, que con su ejemplo supo enseñarme que en el camino del bien, lo imposible no es sino lo difícil mirado por ojos donde no ha nacido la fe y ha muerto la esperanza”_, dijo sobre ella. Ese mismo año, en el mes de septiembre, nació su única hija, Gloria.
En 1940, fue nombrado *Ministro de Educación* y emprendió una ambiciosa campaña de *alfabetización; implantó el zapato escolar gratuito, los restaurantes escolares, el cine educativo ambulante y la extensión cultural masiva*. En los años siguientes, Gaitán continuó su intensa vida pública como jurista, político y caudillo. Su acción política se dirigió contra las oligarquías y por la *restauración moral de la República*. En 1943, fue nombrado *Ministro del Trabajo* por Darío Echandía.
Intelectual de quilates, manejaba un juego de ideas y palabras imposible de describir. Amaba la cultura y quería culturizar a la gente: *fundó la Orquesta Sinfónica, el Salón de Artes Plásticas y las bibliotecas ambulantes; dictó clases magistrales de derecho en los juzgados y era maestro de oratoria*. Escultor de las letras, vivió con pasión su vida sentimental, y disfrutó de los placeres que las diferencias sociales les negaban a las clases proletarias. No era extraño que en el mismo día, hiciera un alegato judicial, dictara una conferencia académica, estuviera con un grupo sindical, pronunciara un discurso político, paseara en su Buick y terminara, degustando los placeres de la buena mesa con caviar y vodka. Él mismo se encargaba de la contabilidad de su pequeño patrimonio, y tenía que exigir sus honorarios de abogado cuando los ricos no le querían pagar, mientras trabaja gratis para los pobres.
La tesis de Gaitán era clara y sencilla para llegar a los humildes. Buscaba la igualdad del hombre y por eso lo aclamaban con delirio, mientras su voz se transmitía por radios y megáfonos. Entendió que se debía reemplazar los esquemas de igualdad ante la ley de la Revolución francesa, por *el principio esencial de la igualdad del ciudadano ante la vida*. Sus oyentes seguían sus palabras con pasión, y sus propuestas eran comentadas, aprobadas o controvertidas.
Sus giras fueron apoteósicas en Colombia, Ecuador, Panamá, El Salvador y Costa Rica. En todas partes se destacan sus ideas y modo de plantearlas, debido a que su preparación e inteligencia superaban las de todos sus contemporáneos. Se abrió paso en la vida con el método del estudio, su inteligencia y el decoro; procedió con la rigidez dogmática de su conciencia, con una vida recta, clara y sin nada que ocultar.
El contacto con las masas y la defensa de sus intereses, lo alentaron a organizar los cuadros base del partido. Su nombre aparecía a diario en la prensa, en notas como profesor, orador y director del liberalismo. Viajó sin descanso y llevaba numerosos procesos que lo hicieron un penalista famoso. Se interesó en *la reforma educativa, el rescate de los valores propios de la nacionalidad, la defensa del indio, la solidaridad latinoamericana, el ataque a la corrupción administrativa, el desgreño de las instituciones armadas y el análisis de las dictaduras europeas*. En todas las formas posibles, *manifestó que durante su estadía en Italia, había podido observar de cerca, en forma imparcial y profunda, la odiosa tiranía de Mussolini, pero fue su mejor imitador gestual y trajo a Colombia la organización política de base fascista*.
Como en todas las historias de las personas ilustres, la incomprensión, el rencor y el odio se desarrollaron a su alrededor, y Gaitán avanzaba en busca de su destino, mientras miles de niños recibían su nombre en la pila bautismal y, en todas las plazas municipales se erigió una estatua con su figura aguerrida.
Después de haber sido Concejal y Alcalde de Bogotá, Ministro de Educación y Ministro de Trabajo, en junio de 1945, presentó a consideración de la Convención Liberal, su candidatura para la presidencia de la República, pero fue rechazado a favor de Gabriel Turbay. Gaitán no aceptó la decisión de la Convención, y fue a las urnas en las elecciones del 5 de mayo de 1946. La división del partido Liberal permitió el triunfo de Mariano Ospina Pérez y en esta forma, el partido Conservador recuperó el poder después de 16 años de gobierno Liberal.
Pese a la derrota, Gaitán resurgió con nuevo ímpetu en las elecciones del 16 de marzo de 1947 para el Congreso, cuando logró una mayoría indiscutible en el Senado (73 senadores Liberales frente a 58 Conservadores), y en la Cámara (34 representantes Liberales frente a 29 Conservadores). El 24 de octubre de ese mismo año, Gaitán fue proclamado jefe único del partido Liberal.
A comienzos de 1948, recibió el título de doctor Honoris causa en Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Libre. Unos meses después, obtuvo un resonante triunfo en su carrera de abogado, al conseguir la absolución del teniente Jesús María Cortés, acusado de la muerte de un periodista. Cuando salía a celebrar con sus amigos Pedro Eliseo Cruz y Plinio Mendoza Neira, a la 1:05 del viernes 9 de abril de 1948, tres balas truncaron su vida y lo introdujeron en la historia de Colombia.
_[1]Filósofa, lingüista e historiadora de la Universidad de los Andes. Docente y catedrática de las principales universidades de Bogotá._
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