Estado de Palestina ante las Naciones Unidas
En flagrante desafío a la orden vinculante de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que indica medidas provisionales en el caso de Sudáfrica contra Israel en virtud de la Convención sobre el Genocidio, Israel persiste con su ataque genocida en la Franja de Gaza, matando al menos a 700 palestinos más e hiriendo a más de 1.000 más en tan sólo unos días desde el histórico fallo del Tribunal del 26 de enero. Una carta similar fue enviada a los miembros de las Naciones Unidas desde nuestra misión allí.
La Corte ordenó a Israel, entre otras cosas, impedir la comisión de todos los actos previstos en el artículo II de la Convención, en particular: “(a) matar a miembros del grupo; (b) causar daños corporales o mentales graves a miembros del grupo; c) imponer deliberadamente al grupo condiciones de vida destinadas a provocar su destrucción física total o parcial; y (d) imponer medidas destinadas a prevenir nacimientos dentro del grupo”.
Sin embargo, Israel ha ignorado esta orden, permitiendo y comandando que sus despiadadas fuerzas de ocupación y milicias de colonos sigan matando, mutilando y causando más estragos y destrucción poniendo deliberadamente en peligro la supervivencia de los civiles palestinos y empeñado en infligir el máximo dolor y pérdida. El Primer Ministro de Israel afirma: “Nadie nos detendrá, ni La Haya, ni el eje del mal ni nadie más”.
Así, otro mes de horrores continuos ha elevado el número de víctimas a 26.751 palestinos muertos y 65.636 personas heridas por los bombardeos de las FOI en Gaza. Entre los muertos hay 11.500 niños, incluidos bebés y niños pequeños, casi 2.000 niños más desde que les envié la última carta el 20 de enero.
En Cisjordania, incluida Jerusalén Este, el número de víctimas ha aumentado a 370 palestinos muertos, entre ellos 94 niños, y 4.386 heridos desde el 7 de octubre. Sólo en este mes, 61 palestinos, entre ellos 13 niños, fueron asesinados por las FOI y/o colonos en incursiones dirigidas en particular a campos de refugiados, incluido Jenin, donde ayer las FOI invadieron un hospital y ejecutaron a tres hombres en su interior.
Más de 8.000 seres humanos (hombres, mujeres y niños) permanecen enterrados bajo los escombros, a los que se les ha negado en la muerte la misma dignidad que se les ha negado en vida, junto con los cientos de cuerpos exhumados y profanados por la destrucción de cementerios y tumbas por parte de Israel en Gaza mientras continúa arrasando con excavadoras tierras para crear la llamada “zonade amortiguamiento”, en un descarado intento de adquisición de tierras por la fuerza.
Una vez más, el Ministro de Seguridad Nacional de Israel, junto con decenas de otros funcionarios israelíes que participaron en una conferencia de “Regreso a Gaza” el 28 de enero, pidieron una limpieza étnica de Gaza y la construcción de asentamientos israelíes allí.
Es la misma dignidad que se les niega a los más de 2 millones de palestinos en Gaza que luchan desesperadamente por sobrevivir a las bombas, los desplazamientos forzados, el hambre, la sed, las epidemias y los traumas que les inflige Israel mientras continúa su matanza genocida. Sin inmutarse por los llamados globales a un alto el fuego y protegido por los vetos en el Consejo de Seguridad, Israel sigue confiando en que nunca enfrentará consecuencias por violaciones tan graves del derecho internacional humanitario y atrocidades contra los derechos humanos.
En desprecio a la CIJ, los funcionarios del gobierno israelí y los comandantes militares continúan con su aluvión de incitación y deshumanización contra los palestinos, inquebrantables en sus llamamientos a la matanza y la aniquilación en Gaza, despreciando la orden de la Corte para que Israel “prevenir y castigar la incitación directa y pública a cometer genocidio en relación con miembros del grupo palestino en la Franja de Gaza”.
Israel también continúa obstaculizando la asistencia humanitaria, incluidos alimentos, agua, medicinas y combustible, a la población palestina en Gaza, incluidos más de 1,9 millones de personas que han sido desplazadas por la fuerza de sus hogares y necesitan urgentemente ayuda de emergencia.
Incluso los ciudadanos israelíes se están sumando al asedio del gobierno bloqueando la entrada de ayuda, exacerbando las condiciones de hambre, que está al nivel de la hambruna masiva, y la deshidratación, la desnutrición y la propagación de enfermedades e infecciones, siendo los niños los más vulnerablesa la emaciación, conduciendo a su muerte.
La Potencia ocupante está obstruyendo deliberada y sistemáticamente su sustento y supervivencia en violación directa de la orden de la Corte a Israel de "tomar medidas inmediatas y efectivas para permitir la prestación de servicios básicos y asistencia humanitaria que se necesitan con urgencia para hacer frente a las condiciones adversas de vida que enfrentan los palestinos en la Franja de Gaza”.
Además, Israel sigue atacando y destruyendo sistemáticamente hospitales y otras infraestructuras civiles, lo que socava la prestación de servicios humanitarios esenciales y agrava las condiciones inhabitables en Gaza.
¿Cuál es la posición de la comunidad internacional ante tal desafío? ¿Dónde está la indignación declarada ante algunos incidentes, pero ausente ante crímenes de guerra tan flagrantes, crímenes contra la humanidad y actos de genocidio contra el pueblo palestino? ¿Dónde está la rendición de cuentas? ¿Dónde están los llamados a dejar de armar a una Potencia ocupante que masacra al pueblo bajo su dominio?
Es hora de poner fin a esta impunidad. Se debe respetar la orden de medidas provisionales de la CIJ. Es vinculante y obligatorio. Israel no puede seguir evadiendo la rendición de cuentas por sus crímenes, no se le puede seguir permitiendo actuar como un Estado por encima de todas las normas y reglas, pisoteando la ley y socavándola para todos, con implicaciones de largo alcance para el orden global.
Ya es hora de un alto el fuego, de salvar vidas civiles y de permitir y garantizar la implementación de las medidas provisionales indicadas por la Corte. La comunidad internacional debe actuar con toda seriedad y rapidez para que esto sea posible, en interés del pueblo palestino, del pueblo israelí y de la paz y la seguridad regionales e internacionales, que se ven gravemente amenazadas por la agresión criminal de Israel y las consiguientes tensiones y violencia. en toda la región.
Sin un alto el fuego, ninguna de las atrocidades terminará y la muerte, la destrucción y la devastación seguirán siendo propagadas por Israel, que ha dejado claro una y otra vez que no respeta el derecho internacional ni los derechos del pueblo palestino, ni sus derechos a la autodeterminacion, al retorno y a ser liberados de esta ocupación colonial de e ilegales y del régimen de apartheid, y ciertamente de su derecho a la vida.
Para terminar, deseo dejar constancia del rechazo absoluto del Estado de Palestina a los continuos y siniestros esfuerzos de Israel por difamar y desacreditar a la UNRWA destinados a llevar al Organismo al colapso y negar los derechos inalienables de los refugiados palestinos. La UNRWA, gracias a los esfuerzos incansables de sus dirigentes y su personal, ha seguido defendiendo con valentía la misión humanitaria que le fue encomendada en las condiciones más imposibles y horribles en Gaza y con el propio organismo también bajo constante ataque.
Hasta ahora, 152 empleados palestinos de la UNRWA han muerto en bombardeos israelíes; 372 palestinos desplazados, entre ellos mujeres y niños, han muerto y 1.335 han resultado heridos en ataques israelíes mientras se refugiaban en escuelas de la UNRWA, que han sufrido grandes daños y destrucción. Hace apenas dos días, el 29 de enero, 10 palestinos desplazados murieron y muchos más resultaron heridos en un ataque israelí con misiles contra un aula de una escuela en la ciudad de Gaza, aterrorizando aún más a las familias desplazadas. Sin embargo, la conmoción y el horror ante las acusaciones de Israel contra unos pocos miembros del personal de la UNRWA no se han replicado en toda la comunidad internacional, denigrando aún más las vidas palestinas.
Además, lamentablemente, algunos países donantes de la UNRWA han anunciado la suspensión de la financiación al Organismo en reacción a estas acusaciones aún no corroboradas y a pesar de las rápidas medidas adoptadas por el Comisionado General y el inicio de una investigación por parte del Secretario General para garantizar la rendición de cuentas.
Tales decisiones castigan colectivamente a millones de refugiados palestinos, incluida casi la totalidad de la población palestina en Gaza, y amenazan la continuidad de la asistencia humanitaria indispensable y vital de la UNRWA y su papel estabilizador en la región en un momento de extrema fragilidad y volatilidad, que agrava las necesidades. y la desesperación y el riesgo de nuevos desplazamientos dentro y fuera de Gaza a medida que las familias palestinas se ven empujadas al borde del abismo y buscan desesperadamente sobrevivir.
Por lo tanto, Palestina hace un llamamiento para que se rescindan tales decisiones y se reanude y aumente la financiación de la UNRWA para garantizar que siga siendo un salvavidas para los refugiados palestinos, incluso en Gaza, donde sus vidas están en peligro inminente. Como subrayaron los directores del Comité Permanente entre Organismos, “Retirar fondos de la UNRWA es peligroso y resultaría en el colapso del sistema humanitario en Gaza, con consecuencias humanitarias y de derechos humanos de gran alcance en el territorio palestino ocupado y en todo el territorio. región. El mundo no puede abandonar al pueblo de Gaza”.
Se debe detener esta guerra genocida israelí contra el pueblo palestino, incluidos nuestros niños, y se debe poner fin a su ocupación colonial ilegal y a su régimen de apartheid. Esto debe comenzar con un alto el fuego ahora para salvar vidas humanas y salvar nuestro futuro colectivo.
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