Los gazatíes se mueren de hambre, su única esperanza es la UNRWA
Phyllis Bennis
Philippe Lazzarini
Los gazatíes se mueren de hambre, no corten la ayuda ahora
Phyllis Bennis
A principios de este año, el Tribunal Internacional de Justicia dictaminó que las acciones de Israel en Gaza constituyen plausiblemente un genocidio. El órgano judicial más influyente del mundo ordenó a Israel que dejara de matar civiles y admitiera más ayuda humanitaria.
Desgraciadamente, Israel no tuvo nada que ver. Las matanzas de Israel han continuado, con más de 30.000 palestinos muertos en Gaza y decenas de miles más en riesgo de morir de hambre y enfermedades. La ayuda que llega es .
Y lo que es peor, Estados Unidos se ha unido a los esfuerzos de Israel para incapacitar a la agencia de ayuda más importante de Gaza.
Apenas unas horas después de conocerse la decisión del Tribunal, Israel alegó que 12 empleados gazatíes de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) -principal organismo responsable de prestar ayuda humanitaria a los refugiados palestinos- eran miembros de Hamás relacionados con los atentados del 7 de octubre.
Durante más de medio siglo, la UNRWA ha prestado en Gaza todos los servicios que normalmente prestaría un gobierno. La mayoría de los médicos, enfermeras, profesores, ingenieros y barrenderos de Gaza son empleados de la UNRWA. Sin la UNRWA, todas las demás agencias de la ONU y organizaciones sin ánimo de lucro no podrían llevar a cabo su crucial labor en la región.
La emplea a miles de personas en Gaza. La afirmación de Israel sobre 12 de ellos es dudosa - y el gobierno del país no ofreció ninguna prueba de ello.
De hecho, los nombres de todos los empleados de la UNRWA habían sido proporcionados a Israel a principios de año para su investigación y no se planteó ninguna preocupación. Pero por si acaso, la UNRWA anunció inmediatamente que despedía a los empleados nombrados (menos dos que habían sido asesinados). Y la ONU puso en marcha dos investigaciones separadas.
En lugar de esperar a que estas investigaciones se llevaran a cabo, el gobierno de Biden recortó inmediatamente toda su asignación de ayuda a la UNRWA, a pesar del papel insustituible de la agencia para hacer llegar a Gaza la ayuda que necesitaba desesperadamente. Muchos aliados clave de Estados Unidos siguieron su ejemplo, y el Senado de Estados Unidos votó a favor de prohibir explícitamente que la UNRWA recibiera ayuda humanitaria en el futuro.
Algunos en Washington sugirieron que podrían redirigir los fondos de UNRWA a organizaciones como UNICEF y el Programa Mundial de Alimentos, pero UNICEF y el PMA juntos tienen menos de 70 empleados sobre el terreno en Gaza - UNRWA tiene más de 13.000. Los propios funcionarios estadounidenses habían admitido anteriormente que ella UNRWA era "la única opción" para hacer llegar a Gaza una ayuda significativa.
El impacto de estos recortes en las vidas ya amenazadas de 2,3 millones de gazatíes desplazados -así como de otros millones de refugiados palestinos en Cisjordania, Jordania, Líbano y Siria- es difícil de exagerar. La desfinanciación de la agencia socava aún más el acceso de los palestinos al agua, los alimentos, las medicinas, el refugio y el combustible, y, junto con el continuo apoyo militar de Estados Unidos a Israel, convierte a Washington en cómplice de genocidio.
Miles de palestinos -especialmente bebés, niños, mujeres embarazadas y ancianos- morirán como consecuencia de estos recortes. Y los millones de refugiados palestinos de toda la región perderán la única agencia internacional del sistema de la ONU que tiene el mandato de proteger sus derechos, incluido su derecho a regresar algún día a sus hogares en lo que ahora es Israel.
Crear condiciones que amenacen la supervivencia de toda o parte de una población determinada forma parte de la definición misma de genocidio según el derecho internacional. Para alimentar a los niños, tratar a los heridos y salvar vidas inocentes -y evitar ser cómplice de genocidio- Estados Unidos debe restablecer la financiación de la UNRWA y utilizar su influencia para obligar a un alto el fuego inmediato en el conflicto.
“Israel debe abrir los puntos de paso y dejar llegar a los convoyes”. Entrevista
Philippe Lazzarini
Ha estado exigiendo su dimisión como comisario general de UNRWA durante semanas y se acusa a su organización, omnipresente en Gaza y en las primeras filas de la tragedia en curso, de complicidad con Hamás. Grandes donantes, entre ellos Estados Unidos, Alemania y Francia, han suspendido sus donaciones.
En una entrevista con Mathieu Magnaudeix de Mediapart, Philippe Lazzarini, diplomático suizo y comisario general de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA), responde a las acusaciones e insta a los financiadores a regresar.
Mediapart: El jueves, más de cien personas murieron en la ciudad de Gaza, al norte del enclave, durante una distribución de alimentos. Al menos otros 700 resultaron heridos, según las cifras de Hamás. “Los civiles han sido atacados por el ejército israelí”, ha condenado Emmanuel Macron. Francia pide una investigación independiente. ¿Cuál es su reacción?
Philippe Lazzarini: Es absolutamente impactante. Hay que imaginar a estos cientos de personas que esperan desesperadamente ayuda humanitaria, que se aglutinan alrededor de los convoyes y que son disparadas. Esta carnicería se produce en el mismo momento en que se anuncia la cifra absolutamente inimaginable de 30.000 personas asesinadas durante cinco meses desde el comienzo de la guerra.
Si sumamos a los muertos el número de personas heridas o desaparecidas, supone al 5% de la población de Gaza: son más de 100.000 personas. Veamos lo que significa si lo relacionamos con otras poblaciones ...
Es la guerra con todos los superlativos: a nivel humanitario, del número de médicos, periodistas o personal de las Naciones Unidas, asesinados. Todo está más allá de cualquier otro conflicto que hayamos presenciado en la historia reciente. Esto es absolutamente aberrante.
Según “Le Monde”, el convoy fue “fletado” por las autoridades israelíes “sin ningún diálogo con las agencias de las Naciones Unidas (...) ni con la administración civil”.
Puedo confirmar que no ha habido ninguna implicación de ninguna agencia de las Naciones Unidas: ni la UNRWA ni el Programa Mundial de Alimentos. Y no sabemos que otra organización humanitaria haya estado involucrada. No sabemos exactamente a esta hora cuál era la naturaleza de este convoy, quién lo organizó y con qué fin.
Llevamos semanas sonando la alarma, especialmente en el norte de Gaza, donde el hambre es más aguda. Estamos hablando de inseguridad alimentaria, de una hambruna inminente, con bolsas de desnutrición severa. Hemos escuchado historias de personas obligadas a comer alimento para mascotas, y nos dicen que incluso esa alimentación llega a faltar.
Escuchamos que los niños están muriendo de desnutrición. El último convoy de comida que la UNRWA envió al norte fue el 23 de enero. Así que hace más de cinco semanas que no hemos podido llevar un convoy de comida allí. Lo que sucedió ayer [jueves 29 de febrero, ed] es la confirmación de lo que hemos estado diciendo durante meses: se trata de una situación de escasez total, creada artificialmente.
¿Es decir?
En las hambrunas en general, hay combinaciones de factores, especialmente climáticos, que no podemos controlar. En Gaza, es una cuestión de acceso. Sabemos muy bien qué hacer. En el norte hay puntos de paso que hasta ahora han estado cerrados: hay que reabrirlos.
También hay que dejar que los convoyes lleguen en abundancia. Estas situaciones de caos se deben a una angustia absoluta, a su vez a una escasez absoluta. Si la asistencia hubiera entrado en cantidad suficiente, no estaríamos en tal caos.
Entonces, ¿es Israel quien crea la escasez?
La respuesta está del lado de los que tienen el control de los puntos de paso. Y los puntos de paso se encuentran actualmente en Israel ...
El último mes, la UNWRA ha sido el objetivo de los líderes israelíes. Piden el desmantelamiento de la agencia y su dimisión. Acusan a su agencia de complicidad con Hamás. Dieciocho donantes, entre ellos Estados Unidos, Alemania y Francia, han suspendido o retrasado sus contribuciones financieras. Su organización, ha dicho usted, está en el “punto de ruptura”.
Tenemos algo para pasar el mes de marzo. Más allá de eso, no tenemos visibilidad [la entrevista se realizó antes del anuncio de una contribución inminente de 50 millones de la Unión Europea, ed]. Escribí al presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas para decirle que la capacidad de la agencia para cumplir el mandato que nos ha confiado ya está en peligro. Y el lunes 4 de marzo me dirigiré a la Asamblea General en Nueva York.
¿Cuál será su mensaje?
Es importante darse cuenta de lo que está en juego, mientras algunos piden el desmantelamiento de la UNRWA. Nuestra agencia es única, ya que ofrece servicios públicos y gubernamentales a los refugiados palestinos, una de las poblaciones más desfavorecidas de la región: educación para más de medio millón de niñas y niños en Oriente Próximo, atención a varios millones de refugiados. Así como una red de protección social y, en los campamentos, servicios municipales como el saneamiento de aguas.
Si la UNWRA desapareciera de la Franja de Gaza, ¿qué pasaría? Somos la primera agencia proveedora de ayuda humanitaria y todas las demás dependen de nuestra plataforma operativa. Desmantelar esto en el momento de una emergencia sin precedentes, incluso cuando el Tribunal Internacional de Justicia nos pide que aumentemos nuestra capacidad, debilitaría nuestra capacidad colectiva.
Además, si mañana hay un alto el fuego, se abrirá un largo período de transición que puede durar varios años. En ausencia de un estado que funcione, ¿quién podrá garantizar la salud primaria en la Franja de Gaza? Unicef puede traer medicamentos, pero somo nosotros los que tenemos el personal sanitario y los centros de salud.
¿Y quién, aparte de la UNRWA, que tiene ese mandato, podrá devolver a medio millón de niños profundamente traumatizados por la guerra a un entorno educativo? ¿Qué futuro tienen? ¿Cómo evitar que de los escombros nazcan las semillas de más violencia en el futuro? Deshacerse de la UNRWA es impedir que los palestinos en Gaza, pero también más allá de Gaza, mantengan viva la esperanza de un futuro mejor.
Israel dice que “son ustedes parte del problema”, pero usted dice que son imprescindibles.
La única solución es política. Se suponía que nuestra organización era temporal, pero a falta de una solución política, se ha mantenido. Tal vez en este momento estamos asistiendo a un despertar de la comunidad internacional. Ya no es aceptable no resolver este problema. La UNRWA tiene un papel que desempeñar en cualquier proceso de transición que conduzque a una solución política. Es impensable que nos deshagamos de un instrumento de este tipo antes de llegar a una solución política.
Según diferentes documentos presentados por Israel, “doce”, incluso “treinta” de los 13.000 empleados de Gaza de la UNWRA habrían “tomado parte activa” en los ataques del 7 de octubre de 2023 y en los secuestros de rehenes. El Ministerio de Asuntos Exteriores israelí también estima que 1.468 empleados de la UNRWA son “miembros activos” de Hamás y de la Jihad Islámica. ¿Qué responde?
Sobre los doce [empleados de la UNRWA que habrían participado en los ataques del 7 de octubre - ed], es una información que me fue transmitida oralmente, el 18 de enero. Personalmente, he considerado estas acusaciones horribles y lo suficientemente serias como para que se actúe de inmediato. Se está llevando a cabo una comisión de investigación independiente [conducida por la Oficina de Servicios de Control Interno de la ONU - ed], así como una revisión independiente de todos nuestros sistemas de gestión de riesgos en la organización [conducida por la ex ministra de Asuntos Exteriores francesa, Catherine Colonna - ndlr].
Al mismo tiempo, puse fin a los contratos de estas doce personas, lo que nunca se hace en los procedimientos habituales. No se excluye en absoluto que la evidencia sea abrumadora en el caso de algunos de los empleados. Si este fuera el caso, sería una traición a los valores de las Naciones Unidas, pero también al pueblo palestino y a los refugiados palestinos, y tendrán que ser perseguido por la justicia.
Dicho esto, insisto en que desde hace más de veinte años entregamos cada año la lista de todos nuestros empleados al gobierno israelí y a la Autoridad Palestina. Las autoridades israelíes nunca han mostrado la más mínima preocupación por la supuesta afiliación política de los empleados de UNRWA. Y cada vez que hay acusaciones de comportamiento no conforme a los principios de las Naciones Unidas (entre 50 y 60 en los últimos años, especialmente en las redes sociales, para ponerlo en perspectiva con nuestros 30,000 empleados en la región), hay una investigación y posibles medidas disciplinarias.
¿Y las estimaciones de Israel sobre el número de sus empleados que serían miembros, cercanos o simpatizantes de Hamás?
Son cifras comunicadas a través de los medios de comunicación o las redes sociales y que nunca han sido comunicadas a la UNRWA o a la ONU. No tengo ni idea de dónde vienen, en qué se basan, en qué datos, en qué información o quiénes son estos individuos.
Otras acusaciones formuladas por Israel: un túnel bajo la sede de la UNRWA en la ciudad de Gaza, o el uso de ciertos edificios de la UNWRA con fines militares y “terroristas”.
Hacemos una inspección de todas nuestras instalaciones cada tres meses en Gaza y Cisjordania. Cada vez que se descubre una sospecha de túnel, lo que ha sucedido una o dos veces, no más, protestamos inmediatamente ante las autoridades de Gaza y Hamás, pero también informamos inmediatamente a las autoridades israelíes. Seamos claros, la UNRWA es una organización de desarrollo humano, una organización humanitaria. No tenemos la tecnología, la experiencia militar y de seguridad para inspeccionar lo que está sucediendo bajo el suelo de Gaza ...
¿Cómo calificar los ataques de Israel contra la UNRWA?
Esta es una campaña que claramente tiene como objetivo eliminar la cuestión de los refugiados palestinos. Los llamamientos al desmantelamiento de la UNRWA tienen como objetivo liquidar esta cuestión de forma técnica, fuera de cualquier proceso político. Buscan, de una vez por todas, eliminar el estatus de los refugiados palestinos, y ciertamente también su derecho al regreso.
En año electoral, Estados Unidos, el principal donante de la UNRWA en 2022, es difícil que vuelva a financiar UNRWA pronto. Otros países siguen esperando informaciones adicionales para dar dinero. Mientras tanto, la emergencia humanitaria es cada día mayor y sus reservas se están fundiendo. ¿No está funcionando la campaña de Israel?
Advierto y lo repito: es un cálculo miope pensar que la UNRWA puede ser reemplazada. Eliminar la UNRWA en Gaza abre la posibilidad de eliminarla también en Cisjordania, y es liquidar la cuestión de los refugiados.
¿Qué le dice a los 16 países que han suspendido su financiación, que son todos países ricos y occidentales?
El presunto comportamiento de unos pocos individuos no debe conducir a decisiones que afecten a millones de palestinos y a decenas de miles de empleados de la organización. La UNRWA es transparente, y es sin duda la agencia de las Naciones Unidas más examinada por los donantes.
Somos el salvavidas de los refugiados palestinos. Si dejamos que esta agencia desaparezca, será percibido por los palestinos como una traición de la comunidad internacional a sus aspiraciones de autodeterminación en el futuro. Desmantelar la UNRWA añadiría una capa adicional en la tragedia del pueblo palestino.
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